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Pequeña nota ¡!

Todo lo que este en cursiva son recuerdos, los recuerdos van a estar separados de la siguiente forma "........" , espero que lo disfruten mucho. 

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Cuando A-Yuan miró a su padre, pudo distinguir la misma tristeza como cuando Xian-gege se despidió de ambos. No, estaba equivocado. Eso no era tristeza, esa mirada era la misma que le dirigía cuando era pequeño.

Era culpa.

– ¿A-Die?

Wangji se aferró a ambos lados de su túnica, tratando de no perder la compostura mientras los recuerdos de ese día regresaba a su mente.

– Wei Ying, por favor.

– ¡Piérdete!

– PIÉRDETE.

– A-Die

Las manos de A-Yuan se posicionaron sobre las de su papá, tratando de calmar los puños que se apretaba dolorosamente en sí mismos. Con sus pulgares, comenzó a acariciar sus nudillos delicadamente, justo como él solía hacerlo cuando era un niño.

– Gracias, A-Yuan.

– ¿Estás seguro que estás bien? Si lo necesitas, podemos... podemos irnos.

A-Yuan se lamentó del titubeo en su voz, pues para él, era muy importante que su A-Die estuviera bien, por más que quisiera terminar de recorrer el lugar.

– Aquí vivía Wei Ying, me imagino que la mayor parte del tiempo estabas con él.

A-Yuan no creía que eso fuera cierto, la mayor parte de lo que recordaba de Xian-gege era extrañarlo.

– ¿Quieres entrar, A-Yuan?

Un pequeño asentimiento por parte de su hijo fue todo lo que necesito para caminar dentro de la cueva, a pesar de que, hasta el momento la energía resentida no había hecho el intento por lastimarlos, sentía que mientras más se acercaban a la cueva, más concentrada se volvía. No pensaba dejar que su hijo entrara primero si era peligroso.

Aunque también había notado que su hijo no tenía tema alguno con ella.

– Espérame aquí.

– ¿A-Die?

– Solo quiero asegurarme que es seguro, vendré por ti.

Mientras Wangji caminaba por la entrada, pudo confirmar que la energía resentida no estaba alerta con A-Yuan, si no con el. Mientras más se adentraba, más pesado le era permanecer alerta, no se sentía en peligro, pero sabía muy bien que la cueva no lo quería ahí. Justo como su dueño.

Sus ojos viajaron por las paredes, deteniéndose en las ocasionales mariposas plateadas que veía esconderse entre grietas, lo cual era muy inusual. Un ser vivo con una energía de vida tan pequeña no debería poder permanecer en este lugar.

A menos que permaneciera en el mismo. Evaluando que ni la energía resentida, ni las mariposas tienen intención de atacar, terminó por adentrarse por completo, su vista clavada en aquella cama de piedra que una vez sostuvo a un muy herido Wei Ying.

La mirada de Wangji viajo por el cuerpo del contrario, asustado por la cantidad de sangre y heridas que tenia en su cuerpo. Sabia que a este punto el asedio era inevitable, pero iba a intentar lo que fuera necesario para salvar a Wei Ying.

– Wei Ying, ven a gusu conmigo.

Una aspera y molesta risa salio de los labios del pelinegro, quien a muy duras penas podia respirar debilmente.

A-Yuan, ¿Me recuerdas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora