Capitulo 1

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Ava Wilde.

Me encontraba en el salón del palacio. El sol radicaba en el dibujo que tenía frente a mi, mientras que continuaban para terminarlo. Sonreí satisfecha al ver el resultado. Ladee un poco la cabeza para asegurarme de que el dibujo estuviese entallado igual a como el hada real que estaba de pie, con un jubon de color morado y una ancha falda cubriendole los tobillos, una diadema trenzado alrededor de su cabeza asemejando a una corona de princesa, no se inmuta, se ha hechizado para quedar congelada.

Le dí una última repasada, lo único que se movían eran sus ojos. Asentí indicándole que ya estaba listo. Su cuerpo se inclinó hacía adelante tomando su falda para caminar con mas rigidez hacía mi. Sonrió y unos dientes pequeñitos como los de un tiburón relucieron con entusiasmo.

—Me ha encantado, Ava, es maravilloso. —aludió, su tono de voz parecía un cántico era muy agradable.

—Que bueno que le haya gustado, majestad. —hice una pequeña reverencia mientras ella chasqueaba los dedos para llamar a uno de sus caballeros, alcé la mirada incorporandome.

El caballero de armadura gris, que le cubría todo el cuerpo y me pregunté cómo podría ir al baño con eso, le estiró unas hojas de oro. Eran hojas de las profundidades de Alfraye, las sirenas suelen fabricarlas, valen muchísimo. Sin embargo, el dinero no es lo primordial en mi vida, porque mis padres tienen mucho mas que esto, sin embargo conseguir algo propio es mucho mas satisfactorio.

—Toma, comprate las vestiduras que anheles. —las recibo con una sonrisa, —Nos vemos, Ava.

Le estiré el cuadro al caballero quién lo insertó en una burbuja y este los siguió flotando. Al salir de aquí les borraran la memoria, nadie puede saber de mi existencia en la Corte Audaga.

¿Por qué? La tradición feerica es que cada uno de los que nacen como "Rezagados" se presenten ya estando listos para pasar a Audagos, y así mismo clasificarlos y darles la aprobación. Los rezagados suelen ser muy señalados y discriminados sin importar la posición feerica en la que se encuentren. Y además, al no adquirir ningún tipo de semilla, no podemos aprender magia es una reacción natural del cuerpo.

En Alfraye, cada Elfo como yo tiene un poder especial de nacimiento. Mi corte es la de los audagos y a ellos ( que antes eran rezagados, y como se les dio poder pasaron a audagos) los dones se les desarrolla un poco mas lento que los demás, ya que fuimos una nueva raza.

La mezcla de gnomos y feericos. Por suerte, no heredamos tanto de los gnomos sino lo que es su astucia, de características físicas el color de piel verde, blanco o cualquier otro. Y por parte de feericos, las orejas punteagudas.

Nuestros poderes principales si no es la Telequinesis, es Leer pensamientos o Teletransportación. Yo.. Bueno, no tengo ninguno de esos porque al no adquirir poder me quede como rezagada.

Suspiro mientras guardo los pinceles dentro del estuche de madera, me dirijo hacía el espejo. Mi piel blanco pálido, casi transparente me hace parecer un fantasma. Mi cabello esta peinado en un estilo de formar una Diadema con dos mechones fuera, el vestido blanco que tengo esta algo sucio de pintura asi que decido por cambiarmelo y lo reemplazo por uno de color rojo que realce mas mi tono de piel.

Salgo de mis aposentos reales para encontrarme con mi madre en la cocina. Hera Crowell es la reina y por lo tanto (Para mi suerte, no lee pensamientos) tiene el don de la teletransportación. Es algo estricta, sin embargo es adorable. Su piel es de un tono blanco mas amarillento, sus ojos son felinos al igual que los míos de un color beige. Su cabello está suelto para que no se le haga tan dificultoso cargar con la corona, aunque lo ha hecho por años no me imaginaria que sea un problema ahora.

REZAGADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora