Capítulo 6

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Jimin:



No recuerdo desde hace cuántas horas estoy en esta habitación, huyendo de Yoongi e ignorando sus súplicas.

Desearía seguir encerrado en este lugar pero mi estómago no ayuda, no quiere apoyar la causa.

Uno, tras otro, y otro gruñido de mi estómago exigiendo comida.

—Ya voy, ya voy. —dije como un total demente a la nada mientras sobaba mi estómago y quitaba el seguro a la puerta de la habitación, dispuesto a bajar a la cocina.

«Primero que todo, revisemos».

Con pasos cautelosos, miré el lugar; no había rastros de Yoongi por ningún lado.

«Quizás ha salido...»

Con más confianza caminé hasta la cocina, donde preparé un muy apetitoso sándwich.

«Ja, hasta el mejor cocinero se queda tonto a mi lado».

Reí por la tremenda tontería que acababa de pensar.

Tomé mi jugo, que anteriormente había servido en un vaso de cristal, y me dirigí hacia la sala. Ver un poco de televisión después de horas de sufrimiento ignorando a mi precioso novio no estaría mal, ¿oh sí? 

Dejé mi sándwich y jugo en una mesita de centro para después tomar el control remoto y sumergirme en el mundo de las caricaturas.

«Puedo ser alguien que pasa la mayoría de edad, ¡pero eso no implica que tenga que dejar de ver mis lindas caricaturitas!» 








Con Yoongi...



Al parecer la teoría loca que había creado mi mente era cierta.

Jimin no quiere ni verme. 

¡Y sigo sin entender el porqué!

—Es ahora o nunca. —me dije a mí mismo en un murmuro antes de salir de aquel escondite.

Debajo de la mesa, por si se preguntan. 

A pasos silenciosos y muy cautelosos, me acerqué hasta mi novio.

«Está tan metido viendo sus caricaturas que no ha notado mi presencia».

Una estruendosa carcajada de parte de mi novio resonó por toda la sala.

—Ojalá Yoongi estuviera aquí viendo caricaturas junto a mí, como siempre lo hacemos, pero… no se puede, debo seguir con esto. —mencionó.

¿A quién le hablaba? La cámara no era, pues no puedo verla por ningún lado. 

«A menos de que sea cámara escondida y te esté haciendo una cruel broma, ¡piensa Min! Usa el cerebro», exclamó una vocecita dentro de mi cabeza.

Aunque sea una buena opción, no puedo creerla. Jimin no sería capaz de hacerme alguna broma, al menos no una tan cruel.

—Ahg. De verdad no quiero seguir ignorándolo más, pero no sé qué hacer. —habló nuevamente a la nada.

«Luego no digas que yo no te lo advertí, cabeza hueca», regañó mi pequeña voz interior.

—¿Entonces por qué lo haces? —dije por un impulso. Quería saber el por qué no quería ni verme ni hablarme; es como si ni quisiera saber de mi existencia.

«¡Se te está escapando, pedazo de animal!», alertó nuevamente esa vocecita.

—¡Jimin, no huyas! Aún no hemos iniciado la charla! —corrí detrás de él.

Esta vez no te escaparás, oh no.











24 HORAS IGNORANDO A YOONGI. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora