Extra

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—¡Hola, hola! —saludó un chico de cabellera negra y tez pálida ante la cámara— Estoy de nuevo aquí para que me ayuden, pero antes, iré a hacer algo. —levantó su dedo índice en señal de un "espérenme unos segundos por favor". 

Yoongi corrió hacia la cocina para servir y acomodar el desayuno de su novio, Jimin, quien seguía durmiendo pues eran las siete de la mañana con quince minutos. 

Y minutos después, volvió a aparecer enfrente de la cámara.

—Bien, ya estoy aquí —sonrió y prosiguió en su hablar—. He venido para pedirles su ayuda en mi pequeña venganza. —frotó sus manos mientras realizaba una cara malévola.

Unos cuernitos de diablito aparecieron arriba de su cabeza gracias a la edición. 

—He recolectado algunas de sus propuestas, pero son tantas que necesito de su ayuda —dijo acercándose un poco más a la cámara y la pantalla cambió a un color gris—. Y disculpen que hable tan bajito; Jimin sigue durmiendo, pero no se sabe, se puede despertar en cualquier momento —volvió a alejarse y la pantalla volvió a su color natural—. Necesito que voten por la mejor venganza. Confío en ustedes.

Y entonces las capturas de los comentarios que habían propuesto algunos retos empezaron a aparecer en el video.


• Que Yoongi ignore a Jimin por 24 horas también. 

• Que sea insoportable por un día entero. 

• Que sea celoso extremo con Jimin. 

• Que Jimin sea esclavo de Yoongi.

• Que Yoongi le haga bromas pesadas a Jimin. 

• Que moleste a Jimin con cosas subidas de tono. 


—Esas han sido algunas de sus propuestas —comentó después de que pasaron todas las capturas de pantalla—. Si tienen alguna otra propuesta mejor, no duden en decirla allá abajito —señaló con sus dedos índices hacia esa misma dirección— Nos vem… 

Fue interrumpido.

—¿Yoongi? —se escuchó una voz algo adormilada muy conocida para el pelinegro, cosa que lo puso alerta y apagó la cámara al instante.

Corrió a esconderla detrás de unos libros cerca de la sala antes de contestarle a su rubio.




●     ●     ●




—¿Yoongi?

No recibió respuesta, así que comenzó a bajar las escaleras tomándose del barandal para no caer debido a que estaba más dormido que despierto en esos momentos.

—¿Amor? ¿Dónde te has metido? —volvió a exclamar el menor.

—Aquí estoy, Jiminie. Lo siento, estaba algo ocupado —respondió Yoongi saliendo de la cocina con el desayuno—. ¿Te he despertado? —dejó los platos encima de la mesa antes de ir hacia la silla donde su novio estaba sentado con sus ojitos cerrados.

—No, tranquilo. —murmuró sonriendo ante las suaves caricias y besos que el pelinegro repartía en su rostro. 

—Venga, despierta ya dormilón. —dijo de forma melosa después de depositar un pequeño pico en los labios del menor.

—Quiero ir a la cama otra vez, pero sin ti allí no es igual. ¿Podemos ir? —preguntó abriendo sus ojos para mirar de pies a cabeza el aspecto de Yoongi. 

Traía puesto el pantaloncillo de su pijama mas no tenía la camisa de esta.

Y esto dejaba expuesto su abdomen y un poco más que Jimin no sabía ni quería describir. 

—Cielo, mis ojos están acá. —mencionó Yoongi, cosa que hizo al aludido sonrojarse hasta las orejas. 

—¡No estaba viendo nada! —se defendió el de cabellera rubia mientras cubría su rostro, avergonzado.

—Solo era una broma, no te avergüences —contestó riéndose—. Mejor vamos a desayunar y nos volvemos a dormir, ¿te parece?

—Me parece bien. —afirmó aún con el rostro más rojo que un tomate, aceptando la cucharada de comida que Yoongi había llevado hasta su boca en espera de que la abriese.

Y así fue.












24 HORAS IGNORANDO A YOONGI. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora