— Me gustan mucho pero no creo que sean las indicadas...
Los dos niños se encontraban en el jardín mirando las flores que le pertenecían a la madre de Daniel porque querían hacer un ramo de flores muy bonito para regalarle a la misma. El cumpleaños de la mujer estaba muy cerca, por ende, Daniel se le había ocurrido la brillante idea de hacer eso y Erik le había seguido la corriente.
— ¿Crees que deben ser más bonitas? — Erik ladeó su cabeza, observando al contrario.
— Merece unas flores mucho más hermosas que éstas.
— Podríamos sacar flores del jardín de mi mamá también. Ella me dio la idea junto a unos dibujos así que, ¿por qué no usamos esa ayuda?
Daniel dejó de observar las flores para mirar al otro niño de cinco años con un pequeño puchero y negó lentamente.
— Quiero que sean de aquí. Mi mamá debe disfrutar de sus propias flores así que no te preocupes por absolutamente nada de eso.
— Mira, mira — Erik señaló unas flores cerca del borde del jardín.
— Oh...
Daniel se levantó con rapidez para correr hacia ellas, observando las flores con mucho detalle hasta que se le escapó una sonrisa que delataba por completo que eran las indicadas para ser un buen regalo.
— Son las elegidas.
— Con eso tendríamos la mitad del regalo.
Erik desde su posición podía ver la sonrisa hermosa de Daniel que lo hizo sonreír de igual manera y sus ojos se fueron a su cabello negro poco a poco, éste se movía por la brisa y le parecía muy tierno que se fue acercando para acomodar un mechón.
— Déjame ayudarte con eso.
— Yo puedo hacerlo. No debes ensuciar tus manos, Erik.
— No, no. Puedo hacerlo. — Terminó dejándose caer de rodillas en frente de las flores y las intentó retirar con cuidado pero hirió su mano con algo, haciendo que soltara una pequeña queja y retiró su mano.
— Por eso no quiero que las agarres. Te puedes lastimar y tus manos son un poco delicadas, Erik.
Daniel terminó agarrando la mano herida de Erik y nada más notó que era una herida en su dedo sumamente pequeña, eso causó una risa fuerte en el chico y negó con su cabeza varias veces.
— Eres un bebé todavía.
— Tenemos cinco años...
— Sí pero tú estás más pequeño.
Erik rodó sus ojos por la diferencia de estatura entre ambos.
— Es solo un pinchazo así que no hay nada por preocuparse.
— Con un poco de cariño se te pasará todo. — Daniel llevó el dedo a su boca y le plantó un pequeño beso.
Aquel beso fue más que suficiente para que las mejillas de Erik terminaran completamente sonrojadas hasta el punto que parecía un tomate y quería salir corriendo, más no lo hizo y se quedó ahí mirando a Daniel.
— Oye, no hagas eso.
— ¡Pareces un tomatito!
Daniel quería agarrar unas de sus mejillas así que eso hizo para acariciarla, notando de inmediato lo cálida que estaba y se sintió muy feliz en ese momento de poner así a su mejor amigo aunque no entendía por qué.
— Es hora de irnos, Erik.
Ambos niños giraron su cabeza hacia el hombre parado en la entrada del jardín, notando de inmediato que era el padre de Erik y los veía con mucha seriedad. Era normal entre ellos tener esos pequeños gestos de cariño pero el hombre no se veía feliz que hizo sentir incómodo a Erik, quien se apartó suavemente de Daniel.
— ¿Es hora de irnos? Pero llegué hace una hora solamente.
— Hoy tienes tarea, Erik.
El hombre no se veía feliz así que no quiso poner más peros y miró a Daniel con una tristeza en sus ojos que era muy notoria.
— Mañana podemos jugar un buen rato así que haz la tarea.
— Promete que no te acabarás las galletas tan pronto...
—No lo haré. Te dejaré unas galletas que te comerás tú solito si me vienes a visitar mañana.
— Es un trato.
Ignorando a su padre unos segundos, Erik se acercó y besó la mejilla de Daniel para despedirse.
— Nos vemos mañana, Dani.
— Nos vemos mañana, Eri.
Erik limpió sus manos con su propia ropa mientras caminaba hacia la entrada del jardín, yendo directo con su padre pero se detuvo a último momento para decir algo más.
— Dani, quiero ver el ramo de flores muy bonito.
— Lo será.
Sin más, Erik se fue con su padre deseando que se hiciera el siguiente día rápido para ir a jugar con su mejor amigo que debían comer galletas juntos. No hablaron en ningún momento del camino, su padre parecía estar pensando algunas cosas de su trabajo porque no se veía tranquilo. Agradeció un montón no vivir lejos.
...
Todavía recordaba esos días tan felices que vivió en esa época antes que ocurriera la tragedia y antes de perder a Daniel para siempre.

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Nothing like us [DISPONIBLE EN DREAME]
RomanceD I S P O N I B L E E N D R E A M E Erik es un ángel. Daniel es un ángel caído. ¿Qué fue lo que ocurrió entre ellos y por qué Erik tiene la culpa de la caída de Daniel? La venganza es lo único que tiene en mente Daniel después de todo lo ocurrido. ...