Capítulo 4.

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-SeongHwa, ¿Te gustaría ir a mi casa? _preguntó YeoSang llamando la atención de SeongHwa tirando una pelotita de papel a su cabeza_ Mi madre quiere conocer a mi nuevo amigo.

SeongHwa dejó de ver su libro, acomodó sus lentes y volteó a ver a YeoSang.

-¿Por qué? _SeongHwa se acomodó en su silla para ver al pelirrojo sentado (acostado) en su cama.

-Porque estamos de vacaciones y tú sigues estando en los dormitorios.

-Papá no está en casa y los abuelos trabajan, así que no puedo ir a otro lugar _SeongHwa se encogió de hombros.

-Um, San y WooYoung se fueron de luna de miel _se burló YeoSang_ Pero bien, ¿Quieres venir?.

-Si _SeongHwa sonrió y se levantó de su silla se tiró en su cama al lado de YeoSang_ ¿Qué día?.

-Bueno... quizá es hoy, y quizás tengamos que estar ahí en dos horas y quería decírtelo a último momento _YeoSang sonrió incómodo y espero que SeongHwa respondiera.

-¡Por Dios YeoSang! ¡Dime antes de que tenga que estar en la puerta! _SeongHwa golpeó el hombro de YeoSang.

YeoSang rio bajó y puso sus manos a los lados del rostro de SeongHwa, besó la frente y mejillas de SeongHwa haciéndolo reír también.

Porque en los últimos cuatro meses ambos se habían vuelto buenos amigos, YeoSang empezó a amar pasar tiempo junto al pelinegro, ver el sonrojó en el rostro de SeongHwa, la vida llena de color en el mundo del menor, que tenía varios libros clásicos infantiles, la inocencia y timidez de SeongHwa, también conoció el carácter sarcástico, irónico y lleno de capas, dejó de acercarse sólo por molestar a San y WooYoung y lo empezó a hacer por su mismo gusto y placer.

SeongHwa se enamoró del tiempo junto a YeoSang conocio los gustos del mayor, que no era realmente un idiota y de hecho tenía buenas notas, que estudiaba negocios y este era su último año, que tenía un mal carácter, que realmente era bisexual, que le gustaba beber de vez en cuando, amaba fumar, que tenía tres tatuajes uno en la cintura que decía "Dona eis réquiem" en el lado izquierdo, otro en el omóplato del lado derecho una serpiente la cola cruzaba omóplato y terminaba en el cuello donde está la cabeza y el último estaba en su muslo derecho tenía un gato con un ave en su hocico, salía un par de días con personas distintas y que amaba pasar tiempo con su familia y quizás también con él.

SeongHwa abrió sus piernas y YeoSang se posicionó entre éstas.

-Que mal amigo eres, deberías decirme antes para que me arreglé, ahora tendré que bañarme rápido _se quejó SeongHwa_ Ahora escoge ropa por mi _pidió SeongHwa saliendo de debajo de YeoSang.

SeongHwa sacó ropa interior de su gaveta y entró al baño. YeoSang dejó su cabeza caer en la almohada aspirando el aroma de SeongHwa, se levantó de la cama y caminó al armario del pelinegro alzó una ceja viendo los muchos colores en el armario, vio algunas faldas, vestido y blusas interesantes, pero su vista viajo a un pantalón azul de lona roto en varios lugares, lo saco y una camisa azul también con mangas dobladas hasta el codo.

Tomó una de las faldas y la estiró, sería interesante ver a SeongHwa con una de ellas un día de estos pensó YeoSang, el color púrpura con diseño de campana se veía bonito. Tendría que convencer al menor de usarla cuando él estuviera.

Volteo y vio a SeongHwa tapado hasta el cuello por una toalla sonrió y estiró la falda.

-¿Te gustaría usarla para ir a mi casa? _pregunta YeoSang sonriéndole a SeongHwa, que tenía el rostro rojo.

-No creo que sea una buena idea _SeongHwa camino hacia su cama viendo la ropa sobre ella_ Quizás en otro momento.

-Seguramente te veas bien con ella. ¿Te las regalaron o-

The secret of the Cherry [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora