¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Será mejor que vaya señorita -
- ¿Qué? -
De algún modo me había parecido oír que alguien me había hablado, gire mi cabeza para ver quién era pero lo único que alcanze a ver fue a alguien de espaldas que ya estaba algo retirado de mi como para que haya sido el quien me hablo. Camine de vuelta al salón de clasesy entre a este escabullendome entre los demás para que el profesor no me viera, habían ya pasado más de veinte minutos desde que la clase comenzó y lo más probable era que si el profesor me descubría me mandara algún reporte.
Podía aparentar ser un viejo cualquiera él cual ya debería de ir a un asilo a que lea ayuden a cambiarse los pañales, pero no, por más que su aspecto no diera mucho que desear era un señor que tenía sus instintos bien desarrollados. Un movimiento en falso y sería descubierta, aunque estando el de espaldas seria pan comido.
Caminaba encorvada entre los lugares de mis compañeros, hubo uno o dos que me quisieron delatar pero los hice arrepentirse inmediatamente de lo que planeaban hacer. Pasando por uno de los lugares había un bolígrafo tirado y casi me tropiezo con el, milagrosamente me alcanze a sostener antes de caer al suelo por completo pero sude frío al saber que probablemente el profesor me había escuchado, pasaron unos segundos pero no vi ninguna reacción de su parte, y no fue hasta que me incorpore para saber que había notado mi presencia.
- Señorita Duges - me congele al escuchar el llamado del profesor ¿Cómo era que me había visto si estaba de espaldas?. Se dirigió a mí de manera seria cerrando el libro que tenía en mano y dejándolo en el escritorio - la próxima vez que llegue tarde asegúrese de no hacer tanto ruido, ahora tome asiento por favor -
- Si profesor - camine el poco espacio que había hasta mi lugar. Para ser sincera esta clase era una de mis menos favoritas, tanto por la materia como por el viejo cascarrabias del profesor.
La clase pasó de manera un tanto tranquila, a comparación de lo último que había pasado, no hubo mucho a lo que le pudiera encontrar fuera lugar; aunque sí, si hubo algo en lo particular que me había llamado la atención y que lo ligué de manera inmediata a los demás sucesos.
Apoyé mi cara en mi mano y veía con desinterés la gran pizarra, las palabras que el profesor decía me fueron arrullando poco a poco. Prestaba muy poca atención no solo a la explicación del maestro, también a lo demás que pasaba, tanto así que no me percaté cuando alguien me estaba llamando. Quien se sentaba a un lado mío no paraba de tocarme el braz y no hacia gesto alguno en respuesta; supongo que desistió de llamar de esa manera mi atención, cuando menos vi había una pequeña cajita circular y una pequeña nota frente a mi, tenía un listón blanco y en el centro un pequeño ramo hecho con tallos con espinas. Voltee del lado del que había venido la caja, la mire confusa y lo único que me respondió fue una alzada de hombros que me dio a entender que no tenía información sobre el pequeño obsequio.
