Tʀᴀғᴀʟɢᴀʀ D. Wᴀᴛᴇʀ Lᴀᴡ

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— Eres único, Ace.

Su cotidianidad había tomado un camino poco común, empezando por el hecho de que cada día antes de salir de la escuela miraba desde la azotea de ese viejo edificio los alrededores y hablaba trivialidades con ese fantasma.

"Click"

— Lo sé, soy un fantasma con el que puedes hablar además de toquetear, si hubiese alguien más como yo, mira que me pondría celoso.

— ¿Qué? no es por eso, por ninguna de esas razones de hecho.

"Click"

— Pero haz hecho ambas cosas, varias veces. — sonrió golpeando su hombro con el del rubio.

— Dame un respiro con eso, ¿quieres? — por casualidad su vista llego a un reloj que portaba en la muñeca. — Debo irme a casa.

— ¿Tan pronto? — estaba algo decepcionado. — Ese chico casi acaba de irse, ¿ya no te gusta pasar tiempo a solas conmigo?

"Click"

— No es cosa mía, no podía decirle que no a Usopp cuando pidió unirse al club, hacer eso traería problemas y no puedo estar tan tarde en la escuela o anochecerá.

— Las noches son románticas. — abrazo al menor de la cintura siendo jalado cuando este avanzo para llegar a las escaleras.

— ¿Es enserio? — hacía esfuerzo para tratar de zafar las manos que lo rodeaban sin tener éxito. — Ya suéltame, Ace.

"Click"

— ¿Ya deje de gustarte? dímelo por favor San-Chan.

— Dramático.

— Ya sé. — Echo su peso abajo ocasionando que ambos terminaran en el suelo. — Si te dejo tocar mi pecho, ¿te quedarás otro rato? — con una mano sostenía a su amado y con la otra trataba de desabotonar el saco y la camisa de su uniforme.

— ¡¿DE NUEVO CON ESO?!

— ¿Es un sí?

Una pelea sin sentido que le ponía los pelos de punta a cierto observador.

— «Te está llevando al vacío, pero no voy a permitir que caigas. » — no parecía ser demasiado tarde para salvar a ese chico.

"Click"

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Había llegado demasiado temprano, se sentía cansado por obligarse a levantarse antes de lo habitual y simplemente no podía quejarse, él mismo provoco su actual sufrimiento cuando el día anterior realizo un acuerdo con su espectral compañero en el cual prometía pasar un tiempo con él antes de su horario estudiantil con tal de no recibir más quejas ni atrasos en su hora de salida.

— Patearlo y correr era mejor opción, soy más rápido que él así que escapar no era tan difícil. — abrió su casillero para sacar sus zapatillas escolares sorprendiéndose cuando al desplazarlas algo cayó al suelo; no tardo en levantarlo y darse cuenta que era un sobre. — «¿Una carta?» — su mente pensó en la posibilidad de que alguna jovencita la hubiese escrito para él y sus labios se curvearon en una sonrisa boba.

— ¡SAN-CHAN! — sin consideración se arrojó a la espalda del joven para abrazarlo.

— ¡Ace! — al escuchar esa voz arrugó la lámina tratando de esconderla en su puño.

— Ya empezó el verano, mira mi uniforme. — se apartó para ser capaz de dar una vuelta; ya no portaba un saco y a pesar de que no podía desabotonar esa playera a su gusto las mangas cortas le sentaban mejor.

ₐₘₙₑₛᵢₐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora