¡Debo escapar! Debo correr, esconderme, que me trague la tierra y desaparecer...
Pero sus ojos, tan azules y fríos, me dan escalofríos, me hacen tiritar, me hacen las piernas flaquear... y caigo por ellos.
Siento su caliente aliento sobre mi nuca...
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P R I M E R A P A R T E
El poderoso motor de la Range Rover rugía a mis espaldas, casi podía sentir el frío de la defensa metálica mordiéndome los talones. Aceleré el paso, aumenté la velocidad todo lo que mis orgullosas piernas de corredor Raramuri me permitían, ganando terreno al vehículo que me perseguía como un embravecido rinoceronte de caucho y acero.
— Shit! Why's he so fucking fast? [¡Mierda! ¿Por qué es tan jodidamente rápido?]— maldijo entre dientes mi persecutor, entornando sus ojos aguamarina detrás de las gafas de sol. — Veamos que tanto puedes hacer, slippery little bitch [pequeña perra escurridiza].
Su pie presionó el pedal del acelerador al tiempo que sus manos afianzaban con más determinación el volante, y una sonrisa de sádico regocijo se dibujó en sus labios al notar como mi persona, al que sediento buscaba como su presa, se hizo peligrosamente más cercano.
El sonido me alertó de nuevo, dí un rápido vistazo para calcular la distancia entre mi cuerpo y la maquina; casi se me sale un grito de desesperación de ver que ya estaba, prácticamente, sobre mi.
"¡Este maldito hijo de puta no se detendrá hasta tener mi trasero incrustado en el parabrisas!"
Eso pensé antes de, en un golpe inesperado de adrenalina, dar un ultima ultima explosión al movimiento de mis piernas, el suficiente para pegar un potente salto que me mandara a volar directo a la maleza que crecía a los lados del camino asfaltado, y fuera del alcance ese atroz vehículo que solo pasó de largo. No bajó la velocidad en ningún momento.
Se escuchó un fuerte rechinido de las llantas derrapándose cuando el auto dio media vuelta sobre su propio eje, el motor apagarse, una puerta abrirse y cerrarse, y los pasos lentos de unos pesados pies sobre el pavimento. Aún estaba recuperándome del aturdimiento del golpe, despatarrado en medio del follaje, cuando todos los vellos de mi cuerpo se erizaron ante el sonido de su socarrona y cruel voz.
— You run like a fucking desert hare... [ Corres como una jodida liebre del desierto...]— canturreo mi contrario, con un notado acento "sureño"— But not fast enough for a blad eagle, beaner... [Pero no lo suficiente rápido para un águila calva, frijolero...]— Sentí una gota de sudor frío bajando por mi espina cuando subí la vista y me encontré, cara a cara, con ese policía de la guardia fronteriza. Su terrible presencia casi se abalanzaba sobre de mi.
— I catch you. [Te atrapé]—finalizó con una victoriosa sonrisa ladeada.
El cabello rubio en un casquete corto militar, la intimidante y frondosa musculatura que era complementada con una imponente altura, vestido en un clásico y sobrio traje de la Border Proteccion enazul marino, tan ajustado, que se abrazaba a cada fibra muscular como si fuera una segunda piel. Era una imagen digna de la más pecaminosa fantasía erótica, fácil hubiera perdido la razón en ese cuerpo de lúbrica tentación salvo que estaba concentrado en algo más atrayente, algo más mortal y seductor: la refulgente mirada de azul acero que podría notar atrás de las oscuras gafas de sol.
