Un chico de cabellos rojos respiraba pesadamente mientras subía un empinado monte, el monte Sagiri. Era de noche y el muchacho iluminaba el estrecho camino con una lámpara de queroseno que contenía una pequeña flama que amenazaba con extinguirse.
La noche era preciosa, con un cielo despejado y el salpicado con millones de estrellas que parecían brillar cada vez más conforme la noche avanzaba. El clima era agradable, no hacía ni mucho frío ni mucho calor, era la temperatura perfecta para aquel joven cansado que llevaba todo el día caminando con una caja de madera en su fatigada espalda.
"¿Te encuentras bien Nezuko?" preguntó el muchacho dirigiéndose a la caja.
★★★
En una pequeña cabaña cercana a una cascada y rodeada por un denso bosque se encontraba un anciano, el hombre se encontraba comiendo su cena cuando alguien llamó a la puerta. El hombre, extrañado, se dirigió hacia la puerta y la abrió con cautela, preparado para defenderse en caso de que fuera una amenaza.
"Perdone por molestarlo a esta hora, ¿recibió mi carta cierto?" preguntó cierto joven de cabello rojizo.
El hombre se quedó pensativo un momento y recordó algo. "Claro, me llegó esta mañana." respondió el anciano haciendo al muchacho entrar en la cabaña.
"¿Estás hambriento?" preguntó el hombre "Siempre preparo comida de más" dijo señalando una olla en el fuego.
"No lo estoy, comí hace poco tiempo pero gracias" mintió el joven.
"¿Estás seguro Tanjiro?" volvió a preguntar el anciano.
"Estoy bien así, gracias Urokodaki-sensei" mintió de nuevo Tanjiro.
La verdad era que estaba muy hambriento, y aunque suene irónico, el joven no lo sabía. En realidad no había comido nada pero tampoco sentía hambre, estaba tan enfocado en pedirle ayuda a su maestro para comprender las cartas de su amigo, que se olvidó por completo de satisfacer sus necesidades básicas.
"En realidad, estoy haciendo esta visita porque necesito un favor" se sinceró Tanjiro.
Entonces el chico abrió un momento la caja en la que estaba su hermana y sacó una libreta gastada. Su maestro lo miró con una mezcla entre extrañeza y curiosidad.
"Esta libreta era de Giyuu-san" escupió las palabras sin pensarlo "antes de morir escribió estas cartas para mí" continuó Tanjiro, Urokodaki se encontraba sorprendido.
"Sin embargo las cartas contienen parte de su pasado" se detuvo un momento para controlar su respiración que se había acelerado considerablemente, no estaba acostumbrado a hablar de su fallecido amigo "En los últimos meses me di cuenta de que no lo escuché lo suficiente, y realmente no sé mucho sobre Giyuu-san. Por lo menos, no tanto como me gustaría, y por ese motivo, no soy capaz de comprender completamente estas cartas" se detuvo de nuevo para recorrer con sus dedos la tapa de la libreta "así que me reconfortaría un poco saber si cuento con su ayuda, para comprender un poco más lo que él está tratando de transmitirme" terminó el chico.
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𝑻𝒂𝒅𝒂𝒊𝒎𝒂... 𝐆𝐢𝐲𝐮𝐮 & 𝐓𝐚𝐧𝐣𝐢𝐫𝐨 𝐚𝐧𝐠𝐬𝐭 ♡
FanficEl sonido de la puerta al abrirse y cerrarse resuena en la casa vacía. "Tadaima" el pelinegro anuncia en un tono bajo, un susurro audible solamente para él y las voces en su cabeza. A veces olvidaba que nadie lo esperaba en casa, no... más bien, no...