-Llegar a Japón, perderte el día de tu cumpleaños y encontrarte con un psicópata que consume sustancias ilícitas, ser secuestrada y torturada pero, todo esto cambia con el tiempo, Sanzu se enamora de ti y cambia su forma de tratarte.
-Smutt
-Todos...
—Y si nos divertimos hermanito? tenemos tiempo sin coger una puta— Dijo Ran acercándose hacia mi.
—A decir verdad, no es de mi completo gusto pero si se trata de ponérsela se la pongo— se encogió de hombros.
Ran se carcajeo
—A ti quizás no te guste, pero a mí sí. Me alegra no competir— me tomo del mentón estando solo a centímetros de mis labios, podía sentir su cálido aliento y un leve olor a cigarro combinado con whisky.
—Eres un asco, iré por algo de beber— dejo el arma a manos de Ran y se fue.
Estaría sonrojada si la situación fuera diferente, pero en mis ojos yacían lágrimas que se deslizan por mis mejillas y Ran las limpiaba con el borde de la fría arma.
—No llores preciosa— Quito el seguro de aquella arma y de manera lenta dejo un corto y pequeño beso en mis labios, si antes estaba aterrada ahora lo estoy más.
De un momento a otro el sonido de un disparó retumbó en la habitación, chille al pensar que era el arma que tenía Ran pero no era así.
Sanzu estaba detrás de Ran apuntándole con un arma, atrás de el estaba Rindou cubriendo una herida en su hombro y es su rostro se notaba un evidente fastidio e irritación.
En pocos segundos otro disparo retumbó en la habitación.
Sanzu desvío su apunte a el hombro de Ran, el mismo lugar donde le disparó a Rindou. Pero la bala nunca impacto en Ran.
Dio directo en tu hombro.
Con terror miraste tu hombro, sangre manchaba la polera creando un camino de esta misma. Sanzu fue el primero en reaccionar al escuchar tus gritos de dolor rápidamente se alarmó.
Takeomi—
Estaba en el living revisando unos archivos con respecto a la organización junto a Koko pero en el piso de arriba se armó un escándalo, estresado al imaginarme quienes eran subí para que cerraran el orto de una vez por todas.
Al subir las escaleras vi a Rindou sangrando justo afuera de la habitación de Sanzu
—Que diablos te paso?— este me volteó a mirar y suspiro, me hizo una seña para que siguiera avanzando.
La puerta estaba en el suelo y al subir la mirada veo a Ran, Sanzu y una ¿niña? que mierda hacia una niña en su habitación y por qué estaba herida
Sanzu estaba deteniendo el sangrado de la niña esa con un pedazo de camisa mientras Ran los miraba con burla
—Que significa todo esto— Sanzu me ignoro y Ran me miro para luego reírse
A este que le pasa, apoco se tragó una de las patillas de Sanzu o que.
Se acerco a mí y coloco su mano en mi hombro.
—Verás en nuestra última misión nos encontramos a esta pequeña, se supone Sanzu la mataría ayer pero pues, ya ves que aún respira— se encogió de hombros y se fue a un lado de Rindou
—Sanzu— volteó— explicate
—No te tengo que dar explicaciones, si no la mate fue por qué no quise, eso no es asunto de ustedes. Ahora largense todos y déjenme tranquilo por una puta vez, sobre todo ustedes Haitanis— los señaló evidentemente frustrado mientras aún intentaba detener el sangrado de la chica
—Que mierda tienes en la cabeza aparte de las porquerías que te metes, mínimo deberías tener un poco de conciencia para saber que eres miembro de una maldita organización criminal y que no tenemos tiempo para jugar a cuidar niñas. Ponte serio de una jodida ves.
—Si si, ya, lo que digas— a este punto ya había logrado detener el sangrado de la chica para luego cargarla y salir de la habitación.
...
Sanzu había llamado un doctor para que te sacará la bala del hombro.
Actualmente te encontrabas acostada en su cama y el sentado frente a ti mientras fumaba
El olor del cigarro te había hecho despertar, era muy fuerte para ti.
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