Recuerdo.

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Iara se quedó en silencio, dio una calada al cigarrillo y luego sintió unas risas, miró de dónde provenían y era Ran.

- RinRin, no creo que eso le guste a Souta, parece un chico muy simple. – Comento mientras negaba con la cabeza con una sonrisa en sus labios.

- A ver, ¿Qué es? – Pregunto la chica y Rindou le mostró la pantalla de su celular. En el había un arete bastante extravagante, a lo que ella soltó una pequeña risa. – Mira, no lo conozco bien pero estoy de acuerdo con Ran, no parece un chico que usará ese arete.

- ¡¿Qué mierda le regaló entonces?! – Exclamó desesperado el rubio de mechas celestes.

- ¿Estás intentando conquistarlo o solo un regalo de amigos? – Preguntó Iara para intentar ayudarlo.

- Conquistarlo, pero realmente no sé que hacer con él, a veces creo que me odia.

- Ay hermanito, esos gemelos nos odian a ambos~

- Yo creo que sería lindo que lo invites a cenar, luego escribas una carta o nota diciendo tus sentimientos. Creo que es algo lindo y al mismo tiempo sencillo. – Aconsejó la pelirroja dando una última calada al cigarrillo, lo tiró al suelo y lo piso para apagarlo. – Fue un gusto conocerte Ran, y espero haberte ayudado Rindou, nos vemos.

Les sonrió y luego de eso salió del baño abandonado para ir al salón de clases, estaban los chicos del equipo de fútbol entrenando, pero muchos se giraron a verla cuando pasaba a un lado de la chancha de fútbol. Ella frunció el ceño y siguió caminando hasta llegar a su salón de clases, al entrar vió que Koko estaba con un chico rubio y con una cicatriz en parte de su frente y uno de sus ojos, parecían muy cercanos, ya que Koko estaba apoyado en su hombro mientras el rubio le hablaba.

- Iara, ayúdame, Inui está intentando explicarme historia pero ya no me entra nada en la cabeza y el no pará de hablar. – Nuestra protagonista soltó una carcajada.

- ¿Te doy una cachetada a ver si reaccionas? – La pelirroja sonrió ladina, Inui soltó una carcajada.

- A ver si te animas. – La retó Koko mientras sacaba su lengua.

- Me ánimo, pero no me hiciste nada para golpearte, así que no. – Le saco la lengua y luego se volvió a sentar. En ese momento Baji entró corriendo al salón seguido de Chifuyu.

- ¿Cómo te están tratando, pequeña? – El de cabello largo parecía preocupado por la chica, le recordó a su padre. Se quedó estática por unos segundos hasta que sintió un chasquido en su oído. Baji había chasqueado sus dedos a un lado de su oído. – ¿Estás bien?

- ¿Eh? Si, lo siento. – La pelirroja le dedicó una pequeña sonrisa.

- Tus ojos… Parecía que ibas a llorar, ¿Alguno te molesto? ¿Te trataron mal? – Chifuyu se acercó al escuchar eso.

- ¿Los Haitani te trataron mal? ¿Hicieron algo malo? – Pregunto el rubio y en ese momento Koko e Inui se acercaron.

- No, ellos no hicieron nada. Solo recordé algo y me puse nostálgica. Tranquilos chicos. – Con cada palabra que decían sus ganas de salir corriendo para llorar aumentaban, hace mucho alguien no se preocupaba por ella. – Voy al baño antes de que empiece la siguiente clase.

Iara se levantó de su asiento y salió del salón en dirección a los baños. Sentía como sus ojos luchaban para que las lágrimas no salieran, al encontrar los baños se adentró notando que había tres chicas, no les prestó atención y se metió en un cubículo.
Sintió como por sus mejillas caían las lágrimas, extrañaba mucho a su familia.

Flashback:

- ¡Mamá! ¡Papá! – Exclamó una chica de trece años. Ambos adultos se giraron a verla.

- ¿Qué pasa cielo? – Hablo la mujer mirando como la chica se colocaba su guitarra.

- Compuse una canción, escuchen… - Ambos adultos prestaron atención a su hija, y ella comenzó a tocar y cantar.

Nadie puede tenerlo fácilmente, ¿Sabes?
Así que brilla más.
Los tiempos de dolor que parecían impresionantes.
Están llegando a su final.
Todas mis cosas que se han mantenido lejos.
Puedo verlas claramente frente a mi.
Todos esos pensamientos de temor, los dejé atrás.
Solo mira hacia adelante y corre.
Simplemente lo hacemos.
Está claro que lo queremos.
Siento… Una… Total confianza.

La chica dejo de tocar en ese momento y sus padres comenzaron a aplaudir, ella dejo la guitarra de lado corriendo hacia ambos y abrazándolos.

- Es hermosa esa canción pequeña. – Le dijo su padre acariciando su cabello largo y rojo.

Fin Flashback:

Un sollozó salió de sus labios al finalizar el recuerdo, cubrió su boca y sintió como alguien tocaba la puerta del cubículo.

- ¿Estás bien? – Se escucho una cálida voz de mujer. Iara limpió sus lágrimas y aclaró su garganta.

- Si, gracias por preguntar. – Respiró profundo y salió del baño, le dedicó una sonrisa a las tres chicas y fue a su salón de clases intentando en el camino despejar su mente, al llegar se sentó en su lugar en silenció, Chifuyu la miró preocupado, había actuado raro y estaba preocupado por la chica, al igual que Baji, Koko y Inui.

Había pasado toda la jornada escolar, ya todos se estaban yendo a sus casas, Iara estaba guardando sus cosas y Chifuyu se acercó a ella.

- ¿Volvemos juntos? Podrás conocer a los demás. – La pelirroja lo miro apenada.

- Lo siento, tengo que buscar un trabajo y luego iré a casa.

- Oh, está bien, otro día será pequeña – El rubio revolvió su cabello y ella le sonrió, tomo su mochila y salió del salón despidiéndose de todos.

Salió del establecimiento escolar y comenzó a caminar por las calles de Shibuya, entraba y salía de los negocios, no la estaban aceptando en ningún lugar por ser mejor de edad, ya estaba oscureciendo y los pies la estaban matando de tanto caminar, hasta que vió una cafetería donde decía “se busca mesero/a” entro, no perdía nada en preguntar.

Minutos después, salió con una sonrisa, la habían acepto, trabajaba lunes miércoles y viernes, salía de la escuela e iba directo ahí y salía a las 4 de la tarde del trabajo. ¡Genial! Se encamino a su casa para cenar e irse a dormir. A pesar del mal momento que tuvo de nostalgia en el colegio, había conseguido trabajo y eso era bueno.

Llegó al complejo de departamento y pasó por la puerta de Baji, al parecer estaba con gente ya que se escuchaban risas y gritos, soltó una pequeña risa al escuchar a Chifuyu gritar “Baji-san, no quedan más papas” y siguió su camino a su departamento, al llegar saludo a sus mascotas y les dio de comer a ambas. Se dejó caer en el sofá, estaba cansada ya que había caminado mucho, busco algo en la heladera para comer y no había nada.

- Creo que debo comprar algo para comer. – Murmuro, todavía no se había sacado el uniforme del colegio, por lo que fue a su habitación, se puso una pollera blanca y una remera dejando su ombligo perforado a la vista.

Salió de la habitación y miró a sus mascotas. – Ya vuelvo, cuiden la casa.
Dicho eso salió del departamento. Prendió un cigarrillo y volvió a pasar por la puerta de Baji, notando que estaban las luces apagadas y no había ningún ruido.

¿Ya se habrán dormido? – Pensó Iara.

¿Al fin feliz? - Kazutora HanemiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora