Al rato de comenzar las clases Iara fue citada a la oficina del director, ya se veía venir lo que pasaría, la regañarían y le darían algún castigo, al estar delante de la puerta, tocó dos veces.
- Pasé. – La chica entro al lugar y el hombre le dedicó una severa mirada. – Siéntese, seré breve.
- Gracias. – Se sentó frente al hombre del otro lado del escritorio y en ese momento entro el chico al cual había golpeado.
- Bien, señorita usted sabrá que en ninguna escuela está permitida la violencia, ni acá, ni de dónde usted viene, ¿Verdad? – Iara asintió con la cabeza. – Bien, estarás suspendida desde hoy, hasta el viernes como castigo.
Iara abrió los ojos hasta el punto de casi salirse, ¿Había escuchado bien? ¿Tres días sin ir al colegio por un simple golpe? El chico, a quien había golpeado soltó una risa.
- Disculpe director, sé que golpearlo no fue mi mejor reacción, y no es buena la violencia, pero… ¿Cuál es el castigo del chico? Ósea, lo que el hizo fue peor.
- Esta conversación termina acá, pueden retirarse. Señorita, recoja sus cosas y vaya a su casa, el lunes puede volver. – Dicho eso, ella se levantó del asiento y camino hasta la puerta.
- Esto es injusto. – Dicho eso salió de la oficina al cerrar la puerta escucho como el maldito decía “Gracias papá”
Frunció el ceño más que molesta, estaba indignada, camino con pasos apresurados a su salón de clases, tocó la puerta y el profesor salió, le explicó lo que había pasado y también lo de dirección, el hombre negó con la cabeza y le deseó suerte en sus minis vacaciones. La chica soltó una pequeña risa y entro al salón comenzando a recoger sus cosas y guardándolas, sus amigos la miraban curiosos, ¿Qué había pasado? Cuando la chica colgó su mochila en su hombro se despidió con la mano de los chicos y salió del salón haciendo una reverencia hacia el profesor. Salió del establecimiento y comenzó a caminar hacia su casa, tenía como tres horas hasta que sea su horario de trabajo.
Al estar en el complejo de apartamentos comenzó a subir las escaleras hasta el tercer piso, cuando estaba por pasar por la puerta de Baji, choco muy fuerte con un chico de cabello rubio y escuchando gritos de mujeres dentro de la casa. Ambos cayeron al suelo con sus frentes doliendo por el golpe, los dos llevaron sus manos a la zona adolorida y dos señoras salieron del departamento. Miraron con un gesto de preocupación pero al mismo tiempo diversión la escena y cada una ayudo a los dos a levantarse del suelo.
- ¿Estás bien Hanagaki? – Pregunto una de las señoras, tenía el cabello rubio y sus ojos eran de un verde parecido al de Chifuyu. Quién ayudo a Iara era Baji pero versión femenina. Supuso que eran las madres de los recién nombrados.
- Ay linda, ¿Estás bien? Discúlpalo, es muy torpe. – Iara soltó una pequeña risa asintiendo con la cabeza.
- Vengan, les pondremos hielo en sus frentes, o podría salirles un chichón.
- ¡Pero! ¡La escuela señora Baji! – Exclamó Takemicchi, a lo que las tres mujeres rieron.
- Micchi, son las 10 de la mañana, ya tenés la falta en tu impecable expediente. – Comento con burla Iara, a lo que los ojos del chico se llenaron de lágrimas.
- Hina va a matarme. – Lloriqueo, mientras era arrastrado por la madre de Chifuyu, dentro del lugar.
Las dos mujeres los dejaron en el sofá mientras ellas buscaban hielo.
- ¿Le decís a tu madre por su nombre? – Preguntó la pelirroja intrigada.
- ¿Eh? No, Hina es mi novia. – Aclaro orgulloso de confesar eso, la chica sonrió, le dio ternura su actitud, se notaba lo enamorado que estaba. En ese momento las dos mujeres se sentaron frente a ellos y les entregaron una bolsa con un par de cubitos de hielo a cada uno. – ¿Vos qué haces fuera de la escuela?
- Me suspendieron. – Las tres personas presentes se sorprendieron.
- ¿Te encontraron fumando? – El primero en hablar fue Takemicchi, la chica negó con la cabeza.
- ¿Entonces? – Pregunto la señora Matsuno.
- Golpeé a alguien, y al parecer era hijo del director. – La sala se quedó en silenció y luego la señora Baji soltó una pequeña risa.
- Ese chico se lo merece, por lo que me cuenta Keisuke siempre anda molestando a las personas. Por ser hijo del director parece que nunca lo castigan o algo así.
- ¿Y que pasó? ¿Qué hizo? – Takemicchi parecía intrigado, esa pregunta avergonzó a Iara, decir eso en voz alta era vergonzoso.
- T-toco mi… - Cubrió con sus manos su rostro avergonzada y suspiró – Tocó mi trasero.
La sala quedó en silenció, las dos mujeres se miraron entre sí y sonrieron para luego, al mismo tiempo decir:
- Hiciste bien, se lo merecía ese idiota. – Takemicchi tenía un gesto épico, el sabía que esas mujeres odiaban la violencia, cuando sus hijos se metían en peleas, al llegar a sus casas los regañaban y a veces hasta castigaban, la pelirroja sonrió levemente. – ¿Y tus padres? ¿Estarás bien? Podemos ir a hablar con ellos si tenés miedo de lo que puedan decir.
Una mezcla de sentimientos se apoderó de Iara, se sentía bien estar con esas dos señoras, volvía a sentir ese cariño familiar en su vida, ya que desde que sus padres fallecieron, lo único que sentía por parte de su familia era odio, rencor, vergüenza e interés monetario.
Se quedó en silenció unos segundos, y sintió una mano sobre su hombro, era la señora Baji, ella le sonreía cálidamente y como por arte de magia una lágrima bajo por su mejilla.
- Mis padres fallecieron, estoy sola en Japón. – Esa confesión sorprendió a todos. Hanagaki recordaba que su amigo Chifuyu, le había dicho que los padres de Iara trabajaban todo el día, ¿Le mintió a Fuyu?
La chica sintió como la madre de Chifuyu rodeaba sus hombros y la de Baji acariciaba su cabeza.
- Tranquila, ahora nos tenés a nosotras y a los chicos, ¿Si? – Iara solo pudo asentir con la cabeza, ya que sentía un nudo tan grande en su garganta que no la dejaba hablar, pasaron unos minutos así, en silenció, uno reconfortante. Hasta que Takemicchi habló.
- ¿Iara? ¿Por qué le dijiste a Fuyu que… Tus padres trabajaban todo el día?
Iara ya más calmada, contesto. – A Baji le dije lo mismo, sentía que si decía la verdad iban a irse… Iban a estar conmigo por lástima, no los conocía, era la primera vez que los veía y sentí miedo.
Todos entendieron el como se sentía, estaba en todo su derecho de sentirse así.
- Aclara eso con ellos, los conocemos muy bien y sabemos que no serían así con vos, son chicos especiales y si alguien les cae bien, no hay nada que los pueda alejar de esa persona o actuar hipócritamente al igual que los demás. – Habló la madre de Chifuyu.
- Lo voy a hacer, debo ir a trabajar, lo siento. Muchas gracias por todo. – La pelirroja hizo una reverencia con una sonrisa y se retiró de la casa.
Mientras tanto, en el colegio:
Luego de que Iara se fuera todos se quedaron en sus mundos, pensando que había pasado, Chifuyu en horas de clase tomo con cuidado su celular y mando un mensaje donde estaban todos sus amigos.
Chifuyu: Juntémonos en el patio trasero, algo paso con Iara.
Draken: ¿Y quién es ella?
Baji: ¿Qué pasó con nuestra pequeña, Chifuyu?
Mitsuya: ¿Nuestra pequeña? ¿Tuvieron una hija?
Hakkai: ¿Se imaginan a Chifuyu embarazado?
Kazutora: JAJAJAJAJA me meo.
Mikey: Creo que Sanzu y yo sabemos que pasó.
Hina: Cambiando un segundo de tema, ¿Saben dónde está Takemichi?
Kokonoi: Se quedó dormido. No lo mates, tiene que hacer un trabajo grupal conmigo todavía.
Baji: ¡Basta! En el segundo receso, en el patio trasero, TODOS.
Y ahí terminó la conversación, pasaron las clases y al fin el bendito timbre había sonado, todo el grupo de amigos fue llegando poco a poco al patio trasero, los Haitani obviamente habían ido junto a los Kawata, intentando en el camino tener una conversación con ellos pero no resultó tan bien, Ran recibió un tirón de cabello por parte de Smiley y Rindou solo recibía asentimientos o negaciones con la cabeza por parte de Souya.
Ya todos en el patio, incluidas Emma, Hinata y Yuzuha iban a dar comienzo a la reunión.
¿Qué pasó y dónde se metió Iara?
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¿Al fin feliz? - Kazutora Hanemiya
De TodoLuego de perder a su familia decide mudarse a otro país, ¿Que le esperará? ¿Amor? ¿Amistad? Descúbrelo en esta historia.