ENOJOS, FIESTA Y UNA MERLUZA PARTE 2

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Hola a todos! Muchas muchas gracias por el apoyo que tuvo la primera parte de esta historia. Jamás espere que les gustará tanto 😍 Perdón por tardar en subir la siguiente parte pero aquik esta, espero les guste como la primera. Déjenmelo saber en los comentarios 💋✍🏼
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Término de leer la última página del cuaderno que siempre tenía para anotar las cosas importantes del plan, quería estar seguro que no se le escapaba ningún detalle, ya que de eso dependía que salieran libres del banco de España.

Cerró el cuaderno y se dirigió a la habitación, eran pasada la media noche y necesitaba descansar. Sabía que los demás estarían aún de fiesta, para ellos todos los días era así, no los entendía, no sabía como es que aguantaban tanto y se presentaban al siguiente día como si huberian dormido las 8 horas respectivas.

Entró a la habitación y encontró la luz apagada, era extraño porque cuando el entró a sacar ciertos documentos, había dejado la luz encendida. No le tomó mucha importancia y se dirigió al baño a cambiarse para poder dormir. Estaba acomodando las sabanas y vio un bulto en la cama, se sorprendió mucho pero a la vez pensó que Raquel ya estaba en la cama y por eso el motivo de la luz apagada.

-No sabía que ya estabas aquí - murmuró en silencio pensando si Raquel ya estaba dormida o aún estaba despierta.

No recibió respuesta alguna, se quedó pensativo; Raquel no era de las personas que al momento de tocar la cama caí profundamente dormida, más bien era de aquellas personas que meditaba un poco y luego el sueño llegaba por sí solo.

-Cariño, estas dormida - dijo Sergio metiéndose entre las sábanas y apoyando su hombro el cama para quedar de lado y poder observarla mejor.

-Raquel, te sientes bien - Sergio movió la sabana para saber que todo estaba, sin embargo se llevó una sorpresa que no se esperaba. No era Raquel la del bulto en la cama, era una merluza y vaya olor que desprendía.

Estaba enojado, quien sea que la hubiera puesto pensó que sería divertido pero para el no fue así, estaba cansado y cuando por fin era el momento de descansar, la vida se empeñaba en que no lo hiciera, más bien no la vida, sino algún gracioso de la banda.

Decidido, tomó el pescado por la cola, se levantó rápidamente y salió de la habitación con un objetivo en mente: descubrir quién había sido el de la "broma". Caminó por el monasterio con aquella cosa en su mano, solo pensaba que el camino era demasiado largo y lo único que quería era desprenderse de ese olor desagradable y volver a la cama a dormír.

Llegó afuera, donde aún estaban todos sentados a la mesa, disfrutando de la cerveza, el vino y la platica. Escucho risas, pensó: como podrían estar tan tranquilos después de haberle hecho eso.

De repente el silencio inundó el lugar, lo observaron llegar con algo en la mano, se detuvo enfrente de la mesa, con la expresión seria y algo molesto.

-¿Quién ha sido? - preguntó con un tono serio. Todos lo volvieron a ver y se vieron entre todos, supieron que la broma no había salido como esperaban.

-¿Quien ha sido el gracioso o la graciosa que me ha metido una merluza en la cama? -volvió a preguntar con más énfasis y exigencia en su voz, aun sosteniendo al animal por la cola.

En el silencio de ese momento, se escucharon ciertas risitas nerviosas provenientes de Palermo y Bogotá. Por otro lado, Raquel lo observaba y no pudo evitarlo, se veía muy bien enojado e instintivamente soltó una risita y volvió a ver para abajo.

-Profesor...nosotros... - comenzó a hablar Denver pero se detuvo al ver al profesor un poco molesto.

-No voy a volver a preguntar - dijo Sergio soltando de un golpe la merluza sobre la mesa y causando que todos dieran un brinco -si les pareció gracioso, pues no lo es. Ahora tengo un olor peculiar en mi cama y necesito descansar, asi que ¿Quien fue? - volvió a preguntar con una mirada acusatorio a todos.

-Sergio, querido a vos quien te ha dicho que ha sido uno de nosotros, no somos los únicos en este monasterio -soltó Palermo tratando de hacer que Sergio creyera que no fue ninguno de ellos.

-Los monjes no van a hacer algo así, Palermo -soltó Sergio ya con un poco de bronca en su voz y con cara de poco amigos - si no me dicen quien ha sido el de la idea, se acabaron las cenas y las fiestas.

Todos se quedaron viendo sorprendidos, al parecer Sergio no iba a parar hasta que descubriera quien había sido. Los observó mirarse, pero nadie dijo nada.

-Está bien, nadie quiere hablar, hasta aquí llegaron las fiestas. De ahora en adelante solo serán las clases, las comidas y a dormir todos - gritó para que se sintiera su autoridad. Todos parecían niños de kindergarten, como a los que acaban de regañar o pillar en una travesura, y vaya que era una travesura.

-Lisb... -soltó Denver en un murmuró. Estaba a punto de decir la verdad cuando sintió un golpe bajo la mesa, de Estocolmo y la mirada de todos de sorprendidos.

Raquel volvió a verlo y quizo ser un rayo láser con sus ojos para quemarlo vivo por delatarla. No es que la molestara el que Sergio se diera cuenta que ella había sido, de hecho ella estaba a punto de hablar pero prefería hacerlo en privado, una vez volvieran a la habitación.

-Raquel, tu tuviste algo que ver con esto? -preguntó Sergio sorprendido. De todos los que estaban en esa mesa a la que menos imaginaba haciendo algo así, era a su mujer.

-Sergio - comenzó Raquel -era...era una broma. Es que has estado tan serio y tan ocupado últimamente que solo queríamos que te rieras un rato.

-Ya -dijo Sergio, un poco decepcionado. Bajó la cabeza y no dijo nada más, emprendió camino hacia adentro. Se sentía enojado y no quería decir algo de lo que se podría arrepentir.

-Estas muerto - soltó Raquel furiosa con Denver al mismo tiempo que se levantaba y seguía a Sergio para darle una explicación.

Los demás se quedaron callados por un momento, no sabían que decir, el cerebro del atraco había cancelado cualquier fiesta o reunión de tipo familiar y dudaban mucho que lo hicieran cambiar de opinión.

-Vaya lío en el que estamos - soltó Tokio dejándose caer en la silla de la cual se había levantado por un momento

-Culpable es Denver - dijo Helsinki bebiendo un poco de vino y quien se había mantenido al margen de todo el escándalo.

-No entienden, las fiestas se iban a cancelar -grito Denver en su defensa - solo quería salvarlos.

-De todas formas se cancelaron -dijo Bogotá.

-Esperemos Lisboa haga algo - expresó Estocolmo con esperanza a en su voz.

-Claro que si -soltó Palermo -solo dejemos que hablen, luego un boom boom ciao y todo será como antes.

Definitivamente no estaban conscientes de la magnitud del problema. Para ellos había sido una broma inocente, para Sergio, había sido el fin del mundo.

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