ENOJOS, FIESTA Y UNA MERLUZA

Enojos, fiesta y una merluza Parte 6

Hola a todos! 🤩🙌🏻 Lamento mucho haber tardado en postear este capitulo pero había estado un poco ocupada, pero logré terminarlo y aquí esta 🥳 espero le guste y me dejen un comentario para saber su reacción ✍🏼 Gracias por el apoyo a esta historia ❤️
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Caminaba de un lado a otro en la habitación, no sabia que hacer por primera vez la mente maestra no tenia un plan, no tenia ni idea de cómo hacer que Raquel lo perdonara y su conocimiento en relaciones de pareja era nula. Sergio se sentó en la cama pensando en lo que había hecho para obtener su perdón y llegó a la conclusión de que no había hecho lo suficiente para que ella lo perdonara ante semejante acto que cometió. De repente se puso en pie, y camino decidido a hacer algo que jamás haría, pero necesitaba a su mujer de vuelta con él y nada era suficiente para reparar el daño que causó.

En el patio estaban todos cenando, como siempre lo hacían. Raquel había decidido dejar a un lado su enojo con Sergio y dejar de pensar él, ya mucho había causado como para que siguiera ocupando sus pensamientos y arruinara la cena con los de la banda, a los que ahora ella consideraba su familia. Se sentó en medio de Tokio y Marsella decidida a pasar una buena velada.

-A ver Lisboa, dinos cuando vas a perdonar a Sergio -preguntó Palermo.

-Que es cierto tía, ya perdónalo -prosiguió Tokio -que ya te dijimos que todo fue una broma. Además, el profesor ha querido hablar y tu no le has dado la oportunidad.

Raquel volvió a verlos, ella sabía que había sido una broma, pero una de mal gusto. Raquel lo había perdonado, el día después de que todo pasó, pero no se lo iba a decir a él, quería que sufriera un poco, le dolía verlo tan desanimado y avergonzado, pero se lo merecía por hacerla pasar el peor momento de su vida.

-De hecho...-comenzó a hablar Raquel mientras movía el tenedor en los sobrantes de comida en su plato y lo miraba muy fijamente -yo ya lo perdoné, pero aun no le he dicho a él. Volvió a verlos a todos, la miraban sorprendidos pero a la vez una sonrisa aparecía en sus caras.

-Pero que dices -exclamó Denver -que no te creía capaz. Pobre profesor, las que se le armó por lo que hizo.

-Soy capaz de eso y de muchas cosas mas -dijo Raquel volviendo a ver a Denver -así que cuidado que por ti estamos en esto.

-Y cuando le piensas decir -preguntó Estocolmo.

-Cuando se lo gane, hasta el momento solo ha intentado hablar pero no ha hecho nada mas, se tiene que dar cuenta que las relaciones de pareja no son así de sencillas -respondió Raquel.

-Demuéstrale quien manda! -gritó Bogotá al fondo levantando una cerveza en señal de un brindis. Raquel volvió a verlo, sonrió e hizo lo mismo. Sabia que no estaba bien lo que hacia con Sergio pero él había comenzado todo, si tan solo no hubiera sido tan cuadrado cuando le hicieron la broma de la merluza en la cama, todo habría sido diferente y él estaría a su lado en ese momento. Pero él decidió jugar pesado, así que ella movería sus cartas de igual forma.

Seguían inmersos en la conversación que tenían, era pasada la medianoche, pero como el que los obligaba a dormirse temprano no estaba ahí, no se preocuparon por acabar nada. De repente, hubo un silencio y todos volvieron a ver a la entrada del monasterio, ahí parado estaba Sergio, con su bata y pijama de bibliotecario.

Estaban sorprendidos de verlo, se suponía que debería estar bajo las sabanas durmiendo. Pero no tenían ni idea de las intenciones de Sergio.