Capitulo 1

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-¿Crees que estas lista para saber la verdad?

Lin dudo por un momento, bajó la cabeza contemplando el suelo árido y lleno de suciedad. Ahí, vio a los insectos trabajando incesantemente, llevando comida hasta sus hogares y, haciéndose paso a través de sus pies descalzos.

Por un momento, Lin deseó ser un insecto. Ellos eran tan... libres y, al mismo tiempo, tan inconsciente sobre su realidad que, parecía una vida feliz.

Tomo aire, dándose fuerzas para continuar, y miró hacia adelante una vez más.

-Si.

Dijo con una voz temblorosa. Lin es una niña de diez años, viste ropas que parecen un montón de piel pegada a más piel, el cabello cortado con las piedras afiladas del bosque, lo suficientemente corto como para no molestar, pero, no había belleza en ese montón de... espinas que era su cabello. Los callos en sus pies fueron curtidos por la sangre y el trabajo pesado.

Lin era una semihumana, más exactamente una niña-lobo, una de las razas subordinadas del rey demonio que trabajan en las minas, a pesar de su corta edad, Lin odiaba a las personas que tenían una vida mejor que ella, a las existencias que podían vivir con sus padres, a los que... tenían el amor de los demás. Lin había jurado vengarse de todos ellos algún día.

Había hecho esto incontables veces, siempre escuchaba la misma pregunta.

"¿Crees que estas lista para la verdad?"

Sin embargo, al momento siguiente, se percataba de que no había nadie más en su celda improvisada.

Ella estaba lejos de las comunidades humanas, estando en el botadero de los territorios del rey demonio, este lugar era más conocido como "Las fauces".

Trabajando quince horas diarias, Lin apenas tenía tiempo para comer un mendrugo de pan duro y algo de leche fría en las noches y en las mañanas.

Esta vez era la última noche, Lin estaba decidida a hacer un último intento, una última esperanza por escapar de este infierno.

Comió rápidamente su cena y durmió una siesta.

Tres de la madrugada.

Lin estaba decidida a salir de este infierno, despertó a su compañera Xin, otra semihumana, juntas emprenderían el viaje hasta las ciudades humanas.

El lugar era estaba oscuro totalmente, Xin y Lin pasaron por una abertura entre sus celdas que, fue hecha tras largos años de trabajo.

Lin hizo una seña con la mano para que Xin la siguiera.

Pasaron sigilosamente entre las celdas de los demás monstruos, caminando lentamente, pisando espinas que, se rompían al contacto con el callo de sus pies.

Cuatro de la madrugada.

Las pequeñas Xin y Lin tenían la ropa pegada a su piel, el sudor bajó de ellas como si estuvieran en un día demasiado caluroso mientras trabajan en la mina.

Creían que estaban listas, que... podían vencer al sistema, incluso creían que eran especiales.

Nada más lejos de la realidad.

Xin y Lin no eran nada de eso, e incluso si fueran especiales no tendrían demasiadas oportunidades, esta era la realidad del mundo donde vivían, no importaba que tanto se esforzaran, nunca lograrían salir del infierno.

Quince minutos después, Lin fue herida de gravedad por uno de los guardias de menor rango que patrullaba el lugar.

A la pequeña Xin la habían golpeado en el estómago, se había usado tanta brutalidad que, los intestinos y la sangre empezaban a escapar de ella, como si tuviera un grifo instalado en su estómago.

Reencarnado como FUTANARI en KonosubaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora