ᴛᴇ ᴠᴏʟᴠᴇʀÍᴀ ᴀ ᴇʟᴇɢɪʀ

5. Y de nuevo el miedo a la oscuridad

" MIRA A LA OSCURIDAD DURANTE UN TIEMPO, AL FINAL VERÁS LO QUE NO HAY EN ELLA"

Lunes 30 de marzo de 2020

"Diario. Hoy me he llevado un susto de muerte. Al levantarme esta mañana para ir a la facultad me ha dado un mareo enorme y me he caído al suelo redonda. Me he dado un golpe que madre mía, me duele todo el lado derecho. Mi madre vino corriendo asustada y me ayudó a incorporarme. Cuando lo hice me entraron unas ganas de vomitar tremendas y salí corriendo al cuarto de baño. Lo eché todo, pero todo. Según mi madre estaba blanca como la leche.

Total, que me hizo vestirme y me llevó a la clínica privada donde tenemos el seguro. Allí lo primero que me hicieron fue análisis, me reconocieron, y me tuvieron un rato en observación. Al parecer puede ser algo de falta de hierro o yo que sé. El caso es que esta tarde tenemos que volver para que nos den los resultados de los exámenes.

Y estoy muerta de miedo. ¿Y si tengo algo malo? ¿Y si no puedo irme a la península con la beca? Estoy que me muerdo las uñas. En fin...en unas horas sabremos lo que tengo o lo que no. Luego te lo cuento diario"

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En la actualidad...

El camino de regreso lo hicieron en silencio. Con una tensión entre ellos que era más que evidente. Las últimas palabras de Pedri resonaban en su cabeza una y otra vez, prefiero follarme a mi mujer. Y ella era idiota porque también lo deseaba. Joder, es que lo deseaba desde el primer momento que lo vio mientras otra le comía la boca.

En cuanto llegaron a casa Naira subió las escaleras de la casa de dos plantas con excesiva rapidez y se encerró en su dormitorio
Más tonta no puedo ser, se dijo Naira a si misma. Se quitó la ropa y se desmaquilló. Se puso una camiseta corta y se metió en la cama deseando dormir cansada del ajetreo de este día. La persiana la tenía bajada. Hay cosas que nunca cambian y desde luego esa costumbre no cambiaba en ella. Siempre dormía con la persiana medio subida para que la luz que entrara por ella iluminara la habitación. Se tapó con las sábanas intentando conciliar el sueño y rezando porque esto fuera eso, un sueño, y ella estuviera de nuevo en París  bien lejos de Barcelona.
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De madrugada a Pedri lo despertó un grito. Acostumbrado a dormir solo, aquel grito lo despertó al instante. Sabía lo que era. Era Naira. Salió de la cama con rapidez y de su dormitorio. Cruzó el pasillo y abrió la puerta contigua. Pudo verla perfectamente en la cama. Echa un ovillo y moviéndose de un lado para otro. Se acercó a ella deprisa. Se sentó a su lado y empezó a llamarla intentando despertarla con suavidad.

- Naira. Cariño. Despierta. Es sólo un sueño. Naira

Al principio intentó sujetarle los brazos pero ella seguía moviéndolos. Siguió diciéndole palabras calmadas hasta que lo consiguió, ella se relajó. Y al hacerlo la escuchó llorar. Naira se incorporó y se arrojó a los brazos de Pedri. Estaba temblando. Él lo pudo notar, y también como su corazón latía muy deprisa. Parecía tan pequeña, tan desvalida, tan afligida, que al verla así, algo dentro de él se rompió.

- ¿Otra pesadilla? -le pregunto él mientras dejaba que se apoyara en su pecho. Pedri puso una de sus manos en su espalda y empezó a acariciarla muy despacio. Lo que le dolía verla así. Tan vulnerable, sufriendo tanto

- Si... era tan real...tan real... -Naira no podía parar de llorar mientras se abrazaba a Pedri. Ahora mismo él era su salvavidas

- Tranquila Nai, tranquila. Está todo bien, todo...

- No lo está, y lo sabes -Naira se separó de él con los ojos hinchados por las lágrimas- nunca va a estar bien. Yo nunca voy a estar de bien, ¡joder!