03

234 39 125
                                    

Chifuyu estaba molesto. Jamás había sentido tanta cólera en su vida, era cómo si alguien estuviera arañando sus entrañas y se burlará de forma cínica. Era asqueroso y le frustraba no poder hacer nada para deshacerse de esa sensación, quería gritar; llorar, patalear e insultar a el alma que se le pusiera enfrente.

Podía escuchar los pasos de Kazutora a sus espaldas, el pobre Alfa lo había estado llamando todo el camino desde el bosque, pero Chifuyu se negó rotundamente a voltear a verlo siquiera. Kazutora no tenía derecho alguno de prohibirle absolutamente nada. Apretó sus puños y redujo la velocidad de su caminata, estaban cercanos al pueblo y no podía llegar en ese estado, las personas comenzarían murmurar y le aterraban las consecuencias.

—Chifuyu, por amor a lo más sagrado, mírame. —El rubio detuvo sus pasos en seco y respiro con profundidad. —Sabes que no quería darte órdenes. No era esa mi intención.

La voz de Kazutora era lastimera, cómo si hubiese sido herido y necesitará ayuda y atención. Chifuyu no podía estar enojado por siempre, pero es que, se sentía tan iracundo y desolado. No lograba comprender el porque, pero algo dentro de los ojos azules del chico al otro lado del río había sonado como una súplica. No hubo un intercambio de palabras o algo que se le parezca, pero había súplica y miedo. Necesitaba respuestas, la curiosidad estaba en cada poro de su piel y anhelaba descubrir el olor del hombre, sentía el picor en su nariz por la ausencia.

Chifuyu se giró en dirección de Kazutora y recorrió el cuerpo del Alfa con la mirada, no le convenía hacerlo enojar. Por muy amigos que fueran, Kazutora seguía siendo un Alfa, y uno de alto rango.

—¿Entonces? —Odiaba que su voz sonará demandante, pero odiaba aún más fingir sumisión, nunca lo tuvo que hacer cuando estaba a solas con Kazutora, no comenzaría ahora. —¿Por qué no me dejaste hablarle? Llenaste todo el lugar con tus feromonas y me dejaste apestando a albaricoque.

—No seas un niño, Chifuyu. —La voz fuerte y sería fue suficiente para mandar un escalofrío al cuerpo del jóven Omega. —No tenemos permitido hablar con la manada vecina. Si alguien nos siguió, o alguien te vio intercambiando palabras con un extraño, nos iría mal a ambos. Y sabes perfectamente que no nos debemos fiar de esos tipos, mucho menos cuando el mes entrante ambas manadas hacen su cambio de líder. ¿Qué tal si fue una trampa para obtener información de nuestra manada? Te estabas acercando demasiado a ese Alfa.

—¿Cómo estás seguro de que era un alfa? El pobre hombre estaba todo golpeado y olía a miedo. Sus feromonas no tenían fuerza alguna.

—Joder, Matsuno. ¿Sólo eso es lo que entendiste de mi discurso? No importa si es o no un alfa. No volveremos al arroyo nunca más.

—Tu no me dices lo que puedo o no puedo hacer, empecemos por dejar eso en claro.

—Estas siendo infantil. Si tienes algún problema se directo. No te digo las cosas con el afán de darte órdenes. ¡Es por tu bien! Entiende que es peligroso.

Chifuyu apretó los puños hasta que las uñas se encajaron en sus palmas y luego soltó un suspiro con calma, tratando de controlar su temperamento. Los años que pasó ensayando y practicando con su madre el "cómo ser un Omega digno" debían de servirle en situaciones así, además, no quería ni debía iniciar una discusión con Kazutora, no estaba en posición de portarse infantil y caprichoso, no cuándo Kazutora lo estaba ayudando con todo el asunto de las almas gemelas.

—Sé qué es peligroso, Kazutora, pero quiero seguir visitando el arroyo, me gusta mucho y lo sabes. Las probabilidades de encontrarnos con ese chico son nulas, salió corriendo tan asustado que dudo que vuelva a poner un pie en el lugar. —Al terminar de hablar se acercó un poco más a Kazutora y libero sus feromonas para tranquilizar al alfa, cosa que funcionó a la perfección. —¿Me acompañas a casa?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fiebre de oro [TakeFuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora