En el cielo oscuro y nubloso, se asoma la luna espléndida y brillante🌕✨

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Dedicado a mis 2 mejores amigos, los quiero y los amo mucho, y no se que haría sin ellos <3

✨ 🌕 ✨

— Bien, pensé que no podía salir peor, y aquí estamos — suspiré.

Me encontraba en la calle. Había salido de la fiesta porque me sentía algo -muy- cansada. Al menos todos se estaban divirtiendo allá dentro, mientras yo estaba afuera del establecimiento, mirando los alrededores antes de volver suspirar y cerrar los ojos por un momento.

— ¡Ho-! Woow...— la voz de alguien me hace abrir los ojos de golpe, a lo que volteo y lo veo a él — Veo que tuviste una celebración algo pegajosa — suelta una corta carcajada suave.

— Un gusto verte a ti también — le doy una sonrisa ladina algo torcida, pretendiendo que no noté mi frustración, pero no logro mi cometido, ya que hace una muñeca y me da una mirada de compasión — Estaba algo aburrida la fiesta sin ti y...

— Lo sé —me interrumpió antes de que siguiera hablando — Soy el alma de la fiesta, y se que te hago falta — exclamó arrogante.

Doy una pequeña carcajada baja, mientras me cubro la boca con mis manos y niego con la cabeza — Sabes que hace falta alguien más.

— Oh, por favor, podríamos olvid...

— Que onda, ¿Cómo estás linda? y.... Tú... Perra asquerosa — Adam acaba de llegar y saluda a Greg de una manera muy... cariñosa, como de costumbre.

— ¿Qué tal pequeña marica? — rueda los ojos con hastío, antes de plantar una sonrisa socarrona tratando de provocarlo, logrando su cometido.

Adam, orgulloso como siempre, tenía la intención de devolverle el insulto, pero lo detengo a tiempo, tratando de que no empiecen con otra de sus ridículas discuciones.

— Me alegra que vinieran, pensé que no vendrían — le interrumpo y sonrió un poco.

— Sabes que puedes contar conmigo — me guiña un ojo y sonríe coquetamente. A lo que río en silencio y ruedo los ojos.

— También estoy aquí imbécil — espeta mirando de mala manera a Adam.

—Ah, y también puedes contar con este... Asqueroso ser despreciable.

Oh, por Dios ¿Es que acaso no puede llevar la fiesta en paz? ¿¡Al menos por diez minutos!?

— ¡Chicos, ya cálmense! — antes de que Greg se lancé hacía Adam me interpongo entre ellos y los miro a ambos con molestia — ¿Pueden llevarse bien? Al menos lo que queda de noche.

Greg me mira fulminante y chasquea la lengua antes de fijar su mirada en otra parte, enojado. Adam lo mira con cara de disgusto antes de girarse hacía mi.

— Como digas — se encoje de hombros y toma una postura más relajada.

— Sí, como sea — murmura Gregory sin quitar su mirada de la calle.

Duramos unos minutos de silencio incómodos, viendo nuestras caras sin tener una remota idea de que hablar. Había pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, y aunque no supiera que decir, algo tenía claro, los extrañaba.

Como nadie decía nada, Greg comenzó de hablar cosas triviales, hasta que Adam repara en mi hermoso vestido color púrpura, adornado con una gran mancha oscura y marrón en una área bastante grande del vestido.

— ¿Pero que demoni-? — exclamó, tratando de aguantar la risa, que evidentemente no podía controlar — ¿Qué te pasó? — sin más, soltó una sonora carcajada corta y tapar su boca con ambas manos, tratando de no hacerme sentir mal, al menos no tanto.

Una noche sin estrellas (Única Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora