Culpa del vodka

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Estaba Samuel sentado en el sillón de mi casa (esto solo lo había visto en mis mejores sueños), lo estaba observando desde el mesón de la cocina mientras me acaba mi tercera botella de cerveza.

-¿que botella es? -preguntó Dana cogiendo mi cara entre sus manos y mirándome directamente a los ojos como si tratara de examinarme

-estoy bien -dije un poco molesta

-tercera -dijo Fabio que estaba a mi lado derecho, poniendo tres dedos enfrente de mi cara -¿cuantos dedos tengo?

- Ay por Dios -dije

-¡respóndele Nabila! -dijo Andrés que estaba enfrente

-tres -dije y acto seguido agarre un vaso de plástico color rojo y lo empecé a llenar con Vodka

-¡¿Qué haces?! -gritaron los tres al unísono

-Ya soy mas tolerante al alcohol, dejen de preocuparse por mi -dije escapándome de ellos; La verdad si me sentía un poco mareada pero no era nada alarmante. Con mi vaso de vodka en la mano y con toda la valentía que me daba el alcohol, me dirigí hacía donde estaba Samuel

Me acerque y me agache un poco para luego gritar -¿me puedo sentar con ustedes? -pregunté dirigiéndome a Samuel y a su amigo

-Claro Nabi, -respondió Samu

-Yo voy a ver una cervezas a la cocina -dijo su amigo levantándose y desapareciendo entre la gente que estaba bailando.

-¿como la estas pasando? -pregunté literalmente gritando, la música estaba muy fuerte y las luces apagadas, lo único que alumbraba eran las luces disco que pasaban cada cierto tiempo por su rostro

-Muy bien ¿y tú? -dijo y una luz color violeta paso por su rostro alumbrándolo; mi mente, mi cuerpo y mi boca me decían bésalo, bésalo, bésalo, bésalo

-¿quieres salir? -le pregunte

Él asintió con la cabeza rápidamente, parecía que estaba esperando a que lo dijera. Se levanto primero que yo y aproveche ese momento para ingerir lo que quedaba de Vodka en el vaso (grave error). Salimos a la calle, logrando al fin respirar aire puro y no aire de hormonas alocadas

-¿está un poquito apretado allá adentro, cierto? -dijo con una sonrisa

me reí -si, no esperábamos a mucha gente, habían muchas hormonas en el aire -digo soltando una carcajada y esperando no haber hecho un chiste tan malo

Él se empezó a reír -quería decir lo mismo, parecía que todos querían desnudarse ahí mismo-dice sin parar de reír, haciendo que yo también me contagie y empiece a reír con él

Respira profundo -Tengo un poco de hambre ¿quieres ir a comer algo?

Tengo 17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora