-¿Qué Será De Mí?-
Candy, al descubrir que él Magnate, la había depositado en la cama de su antigua habitación, se sintió devastada, pensó lo peor, que no era suficiente como para llamar su atención, ella tomó una decisión, se vistió y abandono el lugar, ya no tenía caso seguir ahí si el no quería nada con ella. ¡Sí!, le dolía su indiferencia, al amanecer y abrir sus ojos, no sólo sintió el frío de la soledad, dejó todo, ya que nada le pertenecía, no quería su lástima.
La rubia, al salir del lugar, camino mucho, y pidió raite a los camiones, para que la llevaran a otro sitio, quería alejarse de ahí, cuando por fin se sintió lo suficientemente lejos, se escondió en un parque, para esperar la muerte, no podía vivir sin él.
Mientras tanto,después que Albert descubrió que la rubia lo hubiera abandonado, y que nadie la detuvo, despidió a sus trabajadores domésticos, pedía a su equipo y guardia de seguridad buscarla agotar todas las instancias posibles, sentía que le faltaba el oxígeno, esa pieza del rompecabezas, tenía que regresar, se sentía culpable, castigo a todo su personal por haberla dejado salir, se estaba volviendo loco, tomaba sin control, necesitaba su olor, sus caricias, sus miradas, para poder seguir sin ella no era nada.
El Demonio, estaba sufriendo estaba solo en el infierno, por su mente pasaba miles de situaciones, no podía obligarla a estar con él, ella un Angel siendo arrastrada al fondo de la cloaca por esa pasión que lo estaba quemando.
La joven, estaba muriendo lentamente, si en su mente revivió cada entrega, cada caricia y cada palabra, cada beso y cuándo escucho un Te Amo de sus labios se sintió desfallecer, ¡lástima que era todo mentira!.
Elroy Ardlay, lo miró y le dijo:
-Albert, no sé qué está pasando con tú vida, pero tienes qué poner orden, la sacerdotisa está muy molesta, por qué tú la dejaste plantada en pleno evento, tuvimos que improvisar. ¡Te lo advierto!, tienes que encontrar una pareja y tener hijo para poder perpetuarnos en el poder, recuerda tu nos debes tu vida, y salió de ahí.-Albert conforme pasaba el tiempo, se amargaba cada día más, ya no lloraba su mirada se encontraba perdida, si hubiera hablado, si no hubiera sido tan guapa, si no hubiera establecido esa cercanía, quizás no estaría hecho un loco.
-se sentó en ese sillón de piel tomó el control y se dispuso a escuchar su melodía favorita -"La Flauta Mágica"- de Wolfgang Amadeus Mozart y tomó directamente de su botella de whisky el contenido.
Esa mansión estaba vacía, ni uno sólo de sus trabajadores, era testigo de su locura.
Recordó a su Padre, que estaba wn el enorme salón y le exigía qué le jurara lealtad al Rey del Inframundo, él un niño de 8 años, el con tanto miedo lo hizo y su padre le hizo un corte en la palma de su mano, y dejó correr la sangre.
recordó cuando su padre mató a su madre y se la ofrecía a esa figura que adornaba aquel lugar, se rió de si mismo y de su Clan, bolas de supersticiosos.
Tambien recordó cuando vío a ese Hermoso Angel de deslumbrante belleza, la deseo y la amo sin planearlo, estaba perdido, y conforme la fue reconociendo sabía que no podía hacer lo mismo que su padre, no podía condenarla, no quería enamorarse de ella, y después tener que ofrecer lo que más amaba, pero ya él daño estaba hecho, él la amaba y la necesitaba.
[CONTINUARÁ]
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-¿Que será de mí?
FanfictionADAPTACIÓN LITERARIA DEL LIBRO -ENCADENADO AL INFIERNO- DE LA AUTORA: ISAURA LEMUS Los Personajes de El Anime, Manhwa y libro de Candy Candy, no me pertenecen a mí, le pertenecen a su Autora Keiko Naguita, cualquier parecido que tenga esta obra co...