Cuando ames |TaeSeok|

04

—Eres muy malo conmigo—se queja Taehyung realizando una mueca ridícula.

Busco las llaves entre mi abrigo y lo observo molesto—. ¿Besarme va incluído? No, gracias.

Él ríe bajito y se acerca más a mí—. Es una buena oferta, si fuese tú la aceptaría sin dudar.

Entre cierro los ojos y niego con la cabeza—. Te crees muy atractivo, señor Kim—bromeo metiendo la llave por la cerradura.

—¡Oh, vamos! Evita usar el "señor", me hace sentir anciano y debes estar ciego para no notar mi atractivo—sonríe y entra detrás mío cuando se lo indico con la cabeza.

—No suelo traer extraños a mi casa. Es un lugar sagrado, así que evita portarte mal—dejo las llaves sobre la mesita junto a un florero.

—Me portaré mal solo si tú lo deseas—me guiña un ojo y muerde su labio inferior.

Suspiro sonriendo de lado y caminamos juntos por el pasillo adentrándonos más a la casa. En aquel momento había vivido torturando me con la imaginación, nunca fui testigo de la pasión que Jimin llevaba en su interior.

Mis manos se cerraron en puños y sentí mis ojos aguadarse al ver como Jimin se besaba con Sua, su mano se movía con lentitud sobre la pierna expuesta de la chica y leves gemidos se escapaban de la boca de ambos.

Estuve a punto de dejar salir un sollozo cuando sentí la mano de Taehyung sobre mi boca y en un movimiento rápido me atrapó en sus brazos a manera de que mi rostro quedará contra su pecho.

—¡Disculpen!—exclama en tono divertido.

—¡Hyung!—oí la voz de Jimin totalmente sorprendido y por el ruido supuse que Sua bajó de sus piernas.

—Hoseok, ¿dónde está tu habitación?—pregunta Taehyung suavemente.

Y apunto con mi mano hacia la
puerta de mi habitación sin voltear ni
moverme. Entonces solo fui arrastrado por Taehyung y al escuchar la puerta cerrarse rompí en llanto.
Me aferre al cuerpo ajeno sintiendo esa calidez indescriptible que emana.

—Es muy doloroso.

—Llora todo lo que desees. Es la única manera de calmar a tu lastimado corazón—susurra amablemente mientras acaricia mis cabellos.

Esa noche en lugar de desahogarme en la almohada pude hacerlo en el pecho de Kim Taehyung.

Me removí incómodo en mi lugar y al sentir un bulto aferrarse a mí solté una patada sin pensarlo dos veces. Me sobresalté al escuchar un quejido.

—¡Qué manera más brusca de
despertarme!—exclamó algo molesto levantándose del suelo.

Me talle los ojos y recorde entonces que llore hasta quedarme dormido, ni siquiera tuve tiempo de correr a Taehyung de mi casa y lo deje quedarse a dormir.

—Lo siento. En mi defensa estaba
medio dormido—sonreí bajando de la cama.

Y justo cuando iba a entrar al baño, tres golpes a la puerta me alertaron.
Entonces recordé lo sucedido con Jimin y un dolor de cabeza me invadió.

Suspiré antes de abrir la puerta y de nuevo un nudo en mi garganta se formó al ver a mi Jimin-ssi mirarme con preocupación y algo de timidez.

—Yo... ¿Estás bien? Mejor dicho, ¿quién es él?—y señaló hacia adentro.

—Es Taehyung. Un amigo—respondí y me obligue a sonreír.

Me di cuenta de que Jimin no se quedó a gusto con mi respuesta, pero no tenía por qué explicarle nada cuando él había roto primero el acuerdo que hicimos cuando comenzamos a vivir juntos.

No traer a nadie más. La casa es un
lugar sagrado para ambos.