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—Por favor, vamos juntos—enserio comenzaba a preguntarme cómo Taehyung podía ser tan inmaduro—. Dicen que leer tu fortuna en un templo es de buena suerte.

—¿Acaso crees en esas cosas?—pregunto sin despegar la mirada de mis libretos. Sentí su mirada sobre mí, así que al sentirme incómodo me volteé a verlo—. ¿Qué tanto me ves?

—Pediré que seas menos amargado—sonríe jalando mi mejilla y le dí un manotazo al sentir ardor en la zona—. ¿Lo ves? Eres como un animalito arisco y a pesar de ser tan bonito es imposible tocarte.

Dirijo de nuevo mi mirada hacia la libreta tomando el lápiz entre mis dedos.

—Entonces yo pediré que dejes de ser tan infantil.

—Hoseok, deja de hacer esas cosas aburridas—escucho su voz sonar ridículamente ronca— y ven a jugar conmigo.

Me volteo, quitándome mis gafas y frunzo el ceño.

—Te voy a hechar de mi casa si no te callas. Dijiste que guardarías silencio.

—Guardaré silencio si me das un beso—sonríe señalando con su dedo índice sus labios.

Y me fue inevitable no avergonzarme ya que recordé como el bastardo me robó mi primer gran beso.

—Ya cállate—gruñí, intentando concentrarme en mi trabajo.

Ignoro al escuchar como sus pasos se acercan hacia mí y trago en seco al sentir su mano sobre mi hombro. Y lo que sucede es tan rápido que no tuve reacción.

Sus labios se posaron sobre mi cuello dejando un suave beso.

—Me gusta el olor de tu shampoo—murmura Taehyung al alejarse.

Llevo mi mano tocando la zona de mi cuello y siento un cosquilleo recorrer mi cuerpo.

—A mí me disgusta la manera tan entrometida en la que invades mi espacio personal.

—Vamos, sé que no es cierto. Te gusta mi manera de atacarte—me quejo cuando me toma por el brazo jalándome hacia la cama.

Mis latidos se descontrolan de sobremanera al caer sobre el colchón y Taehyung me atrapa entre sus piernas, apresando mi cuerpo.

—¿Has tenido relaciones sexuales?—pregunta acariciando mi mejilla.

Me sonrojo furiosamente e intento
apartarlo.

—¿Que tontería? Déjame y bájate de encima.

—No me has respondido, pequeño Hoseok—sonríe pícaro acariciando mis labios entreabiertos con la yema de sus dedos.

Cierro con fuerza los ojos intentando no flaquear ante sus caricias.

—Taehyung, por favor.

Pero él niega con la cabeza metiendo su mano izquierda por debajo de mi camisa y al rozar mis pezones sin querer dejo escapar un gemido. Su mano se detiene y me mira sin decir nada.

—¿Q-qué?—balbuceo apenado.

De pronto se recuesta sobre mi pecho y escucho una risita de su parte.

—Eres totalmente adorable. Me encanta tu inocencia.

—Ya cállate, idiota—respondí, pero no me atreví a moverlo o solo tal vez el calor de Taehyung se estaba volviendo algo normal en mi vida.

Fue entonces que en esa tarde me di cuenta de que no sabía absolutamente nada sobre él. Taehyung sabe mucho sobre mí, pero yo tan sólo sé su apellido, que fuma sin parar y que es un insolente en sus palabras.

Me da miedo que no comenten ;;-;;

Cuando ames |TaeSeok|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora