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—Deja de beber. Tú eres pésimo con el alcoho—ignore la voz de Jungkook y seguí bebiendo.

—Déjame, Kookie. Estoy deprimido, si no bebo hasta perder la consciencia, seguiré queriendo matar a Jimin—gruñí sintiéndome tan impotente.

Porque, a pesar de sentir que detestaba a Jimin por hacerme sufrir de esa manera, sentía que tampoco podía dejar de quererlo y eso era mucho más doloroso.

—Hyung, sé que estás enojado y lastimado, pero beber de esta manera no es bueno—la mano de mi castaño
amigo se posicionó sobre la mía—. Además, ¿no eres tú quien siempre dice que todo en exceso es malo?

—También en pequeñas cantidades y ahora mismo mi cuerpo necesita gran cantidad de alcohol—respondo sin mirarlo. Sabía que Jungkook me estaba mirando de mala manera y ya no quería oír sus regaños.

—Pequeño Hoseok, ¿de nuevo siendome infiel?—dejo caer mi cara sobre la barra al oír la voz de Taehyung.

Muevo la cabeza negando una y otra vez.

—Vete a molestar a alguien más.

—¿Qué sucede?—sentí su mano sobre mi espalda y de nuevo esos cosquilleos recorrer mi cuerpo ante sus caricias suaves.

—¿Tú eres Taehyung?—ahora oí la voz de Jungkook.

—Oh, claro. Mucho gusto, ¿tú quién eres?—pregunta Taehyung sin despegar su mano de mí.

Después de unas cuantas palabras, Jungkook me dejó solo con Taehyung. Y cuando sentí que ya estaba totalmente lejos, me levanté buscando el pecho ajeno para recargar mi cabeza.

—Eres un idiota.

—Vaya, no nos habíamos visto casi por una semana y eso me dices—ahora sus dedos se movían hábilmente sobre mis cabellos—. Qué romántico.

Me quedé en silencio, aspirando el
aroma a su perfume y moví la cabeza
causándole cosquillas ya que su risa
delató.

—Hoseok, ¿pasó algo malo?

—Jimin lo sabía, siempre lo supo y solo se burló de mí—me aferré a la camisa ajena y solloce—. No sé cómo sigo llorando, si he llorado sin parar desde entonces.

Siento la mano de Taehyung detenerse, entonces alzo la mirada y lo observo con confusión, había algo diferente en su mirar, pero no sabía con exactitud qué era.

—¿Puedo besarte?—pregunta.

Bajo la mirada, pero su mano sobre mi barbilla me hace levantar de nuevo el rostro, así que solo cierro los ojos. Con lentitud, sus labios rozaron los míos hasta que finalmente se presionaron juntos en una caricia completamente inocente.

Él se aleja, mirándome con dulzura

—Haz dejado de llorar—sonríe.

Sonreí levemente, dándome cuenta de
que tenía razón, porque, aunque me
negara a aceptarlo, Taehyung sesaba el dolor que mi amor no correspondido causaba en mí.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?—pregunta, acariciando mi mejilla.

—No. No quiero ver a Jimin aún—murmuro desganado.

—Entonces vamos a mi casa, te
prepararé una rica cena—sonríe, tomando mi mano, y no me importó que la tomara hasta subir al auto.

Una vez llegamos a su departamento, de nuevo, me toma la mano ofreciéndome una sonrisa, aunque está borró en cuanto entramos al lobby y un tipo alto de cabellos rubios saludó con la mano a Taehyung.

—Disculpa—murmura, soltando mi
mano, y caminó con rapidez hacia el
hombre.

Al verlos alejarse decidí sentarme en un sillón a esperar. Después de alrededor de quince minutos, él volvió. Callado y distraído. Llegamos a su departamento.

—¿Estás bien?—pregunto al ver que no podía meter la llave en la cerradura, su mano estaba temblorosa.

De pronto me extendió un bonito sobre decorado de manera preciosa que decía "Shin Hoseok & Lee Yubin".

—¿Una invitación?—pregunto confundido.

Él asiente, recargandose de la puerta y sonríe ligeramente.

—A la boda de mi hermano de quien estoy enamorado.

Lo observo lleno de sorpresa, esperando a que se riera y me dijese que era una broma, pero no hubo tal
cosa. Su sonrisa triste y mirada perdida me decían que era verdad.

Cuando ames |TaeSeok|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora