epílogo

1.6K 106 9
                                    

Han pasado 3 años desde que Sunoo y Sunghoon terminaron su relación.

En esos 3 años, las vidas de ambos han cambiado para el bien quizás. Sunoo después de esos años por fin vuelve a pisar corea, después de que decidiera ir a vivir un tiempo en el extranjero. Estaba cambiado, su color de pelo pasó de ser negro a ser un rojizo intenso, también puede ser que haya subido un poco de peso solo un poquito que ni se notaba, pero lo que si no cambió para nada es su personalidad seguía siendo ese chico carismático y positivo como siempre. Pero hay otra cosa más en la que no cambió para nada y eso es el amor que sigue teniendo por su ex novio Park Sunghoon.

Desde ese día que terminó con él, en los siguientes días que pasaron, su mente seguía recordando a esa chica encima de Sunghoon besándolo.

Solo si le hubiera escuchado a Sunghoon ese día...

Pero al fin de cuentas logró superar ese recuerdo que le hacía poner mal en las noches, eso ahora era algo inexistente.

Estaba tan nervioso, estaba dando vuelta en el aeropuerto, no podía ser que se esté perdiendo. ¿Será que ha estado tanto en el extranjero que ya no se acuerda nada de aquí?

Caminó dando vuelta por dos minutos exactos, frotándose el puente de su nariz algo frustrado. Siguió caminando sin mirar por donde iba, cuando de repente chocó con algo o mejor dicho con alguien y cayó sentado en el frío suelo.

— Oye —se quejó el pelirrojo sin mirar todavía con quien había chocado.— Eso, dolió.

— Lo siento tanto no iba mirando por donde iba.

Y a Sunoo se le erizo la piel, no importa cuantos años pasen, nunca pero nunca olvidaría esa voz profunda.

No sabe cuánto tiempo se quedó pensando pero se dio cuenta que había pasado mucho. En ningún momento alzo la cabeza, pero si vió la mano extendida y no sabía si tomarla o no pero finalmente la tomó.

— Está bien, no te preocupes tampoco iba mirando por donde iba —dijo cabizbajo, con un poco de nerviosismo. Y ante ese simple toque, sintió una electricidad en todo su cuerpo.

— ¿Estás bien? O quieres que te lleve a alguna enfermería.

Sunoo por fin levantó la mirada y sus ojos se encontraron con unos marrones y hermosos ojos que jamás olvidaría, se quedaron mirándose como si solo estuvieran ellos dos y sin importarles que su manos seguían agarradas.

El pelirrojo se percató de sus manos y rápidamente la soltó, estaba nervioso y contento, cuando el debería de estar por lo menos enojado o algo pero no, estaba feliz de poder verlo de nuevo y sin pudor alguno lo recorrió de pies a cabeza, ahora ya no estaba castaño, estaba rubio y Sunoo no podía creer que ese tinte se le asentara tan bien, sus labios ahora más carnosos, también notó el traje negro que llevaba se le ajustaba tan perfectamente a su cuerpo. El aliento se le fue, sin duda estaba más hermoso que antes. Se ruborizo antes sus pensamientos.

— Sunoo —dijo asombrado de ver al menor después de tanto tiempo. Todavía recuerda cuando fue a buscarlo al único lugar en donde Sunoo podría haber estado pero no estaba, no dejó rastro de donde estaba, él lo busco, pasó días sin dormir pensando en donde podía estar pero aún así no había dejado rastro.

Seguía lamentándose por lo que había pasado hace tiempo, había odiado tanto a esa chica que hizo lo posible por separarlos. Odia haber caído en su trampa, se odiaba a él mismo desde ese día, porque ahora podrá tener todo el dinero del mundo pero el perdió a la única persona que lo amaba de verdad y al que él amaba. Desde que Sunoo terminó con él en un tiempo su vida se vino abajo, estaba solo, se la pasaba encerrado en su departamento llorando, tal vez en un tiempo intentó hacer lo peor, no iba a trabajar pero eso no importaba ya que él era el dueño de esa empresa. Pero un día la empresa se vino abajo, ya no tenía fuerzas pero solo había algo que lo motivaba seguir cada vez que miraba a esa foto del menor con esa hermosa sonrisa que iluminaba todo a su alrededor, solo por él logró salir adelante y ahora es quien es. Además porque Sunoo le había dicho algo antes de irse y le creyó quería que cuando eso pase estar bien económicamente para poder hacer lo que el tanto había esperado hacer con el menor. Pero antes tenía que lograr que lo perdonase y enamorar nuevamente al menor.

Good by my love. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora