N°2: Besarse en la mejilla

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Sunoo hacía muecas por cada paso que daba. Se había caído unos minutos antes de camino a la escuela, y su rodilla le dolía más de lo que debería. No sabia el porqué, pero tampoco podía revisarse, pues su pantalón era largo y aunque quisiera subirlo, se dirigía hacia su salón de clases y no tenía tiempo.

Sunghoon al lado suyo le miraba preocupado, había notado las muecas del más bajo y tenía sus sospechas al respecto.

A pesar de ya tener 13 años ambos, Sunoo seguía igual de torpe que siempre. Y seguía cayéndose muy a menudo como se le había echo costumbre. Por eso, Sunghoon abrió su mochila sacando unos parche curitas que siempre andaba trayendo para estos casos.

Cuando entraron al salón, Sunghoon le pidió a Sunoo que se sentara encima de la mesa. La profesora de Historia todavía no llegaba por lo que no había problema alguno.

Sunoo le hizo caso, y con cuidado, el más alto levantó su pantalón hasta que estuvo más arriba de la rodilla. Tal y como había esperado, un raspado adornaba la rodilla del más bajo, que hizo un puchero al verlo, pues le dolía bastante.

Sunghoon sacó el alcohol en gel que siempre traía en su mochila por higiene. La herida era un poco más grave de lo normal, por lo que tendría que limpiarla.

Sunoo hacia muecas cada vez que Sunghoon pasaba el papel por encima de la herida, pero se mordía el labio para no quejarse. Cuando el más alto terminó de limpiar la herida, colocó al parche curita y bajó con extremada delicadeza el pantalón de Sunoo, dejando todo como estaba.

Sunoo le tomó el brazo acercándolo hacia el.

— Gracias Hoonie. —Dijo usando el apodo que le había dado al más alto, para luego dejarle un beso en la mejilla a modo de agradecimiento.

Ambos se sonrieron completamente sonrojados sin saber el porqué, hasta que la profesora llegó al salón.

10 pasos. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora