Cap 24 - FINAL -

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Volví a mirar alrededor para averiguar si había otra posibilidad. Definitivamente, no existía.

Chasqueé mi lengua, suspiré y me dirigí hacia la "puerta" de la ventilación. La quité con mucho ciudado dejandola en mi cama. ¿Como se supone que entre yo por aquí?

No veía el final aa este tubo, miré a Henry.

Pensar que todo esto lo hago por ti.

Lo tomé en su huevito de bebé y lo metí dentro.

- Ahhh!! - Escuché un grito ahogado proveniente del piso de abajo. Me estresé.

NONONO.

Mi hermano en le ventilación, mi madre gritando abajo...Joe con el control de la situación.

No dudé en ir con Henry. Por más miedo que le tuviera a los espacios cerrados al principio pude manejarlo bien. Aún así, sin ver el final.

Sentía culpa por haber dejado a Love sola, en momentos consideré volver pero ya era tarde.

Mi clasutrofóbia estaba haciendo efecto.

Comenzé a quedarme sin aire. Tenía miedo de que algo malo pudiera pasarle a Henry.

Con Joe y Love...

Quinn estaba tirada en el piso, agonizando por el Acónito que, inteligentemente, Joe le había inyectado antes de que lo mate.

- Tenía que detenerte para siempre. - Comentó el hombre.

- Somos perfectos el uno para el otro...- La voz de Love estaba debil, fragil, agonizando. - Pero, malos para Henry. - Soltó algunas lagrimas. - Él sabrá lo que eres, de una forma u otra. - Ya casi no se la escuchaba.

Narra Joe

Y este es el momento en el que recuerdo que tengo una hija. Mierda.

Dejé a mi ex - esposa, o esposa en su posición y subí hacia la habitación de Cristal. Lo primero que pude ver fue... ¿La puerta de ventilación? Exaltado y con neutralidad en mi rostro, me fijé en esta, pero no había nadie.

No puedes haberte ido muy lejos.

Narra Cristal

Ellos estaban muy ocupados allí abajo, yo solo seguí. Agradezco a mi hermanito por no hacer un minimo ruido.

Como dije, la falta de aire me consumía por completo.

- No pu - puedo. - Dije en voz baja. Caí un poco y dormí. No sé por cuanto. Al despertar, ví que ya no estaba cerca de mi cuarto, cosa que me motivó a seguir. Henry me miraba con sus ojos de angel, solo sonreí leve.

Luego de más y más gateo, pude ver una pequeña luz o un hueco. Me asomé y sorpresivamente, pude ver la salida. Me emocioné y aumentémi velocidad.

Llegué, gracias a dios.

Ví hacia abajo, había un tacho de basura.

¿Tirarás a Henry por ahí?

Cierra la boca.

Sabía que no tenía más opción. Tomé a Henry y le puse el pequeño cinturón. Suspiré y con inseguridad lo dejé caer.

Sano y salvo, aunque llorando.

- SHHHH!! - No lograba callarlo.

Bien, ahora es mi turno de saltar. Me encojí junto a mi bolso y pum, ahora estaba al lado de mi hermano pequeño.

Solté una pequeña risa, me había imaginado muchos finales menos este.

Lo tomé con delicadeza y salimos de la mugre. Caminé por detrás de las casas hasta la ruta, o donde pudiera conseguir un auto que me llevara hasta el aeropuerto.

Love fue tan inteligente que no pensó que soy menos de edad y tengo que viajar con un adulto.

¿Y ahora que?

Caminé y caminé cansada, hasta que un taxi se acercó, lo paré.

- Buenos días. Hasta el aeropuerto porfavor. - Me coloqué la capucha ya que volteó a verme. ¿Se notaba mucho mi edad? Da igual.

Ya había logrado calmar a Henry. Mientras más me alejaba de mi casa, más satisfacción sentía. La miraba desde lejos por la ventana pero...

Comenzó a salir humo, fuego y una explosión que invadió toda Madre Linda. - ¿Que pasó? - Preguntó el adulto asustado. - No lo sé. - Fui seca.

Mi casa de estaba incendiando junto a mis padres adentro.

Comenzé a sentir un gran vacío en mi corazón. A recordar cosas. Como la vez que fuimos al parque de diversiones y casi vomito, ¿O vomité? Ya ni siquiera lo recuerdo. Cuando jugaba con mi madre en la playa o cuando fui a investigar sobre Marianne a la biblioteca.

No pude evitar soltar una pequeña lagrima.

¿Que? No Cristal.

Solté otra, muy pequeña. Mis ojos comenzanban a ver borroso. Al fin y al cabo son mis padres.

Miré la inocente cara del pequeño, al parecer estaba conforme conmigo.

Ahora, debemos mirar al futuro. Dirigí mi mirada hacia adelante, nos faltaba viaje para llegar.

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Luego de un rato, salí del auto. Pero mis pensamientos sobre como viajar sin un adulto me carcomían por dentro. - Oiga. - Llamé su atención. - ¿Si? -

- ¿Le - le gustaria viajar a París? -

Por lo que sé, tenía suficiente dinero.

- Yo...- Tartamudeó un poco. - Yo se lo pago. Agregué. Él mordió su labio y se quedó pensando por un rato.

- ¡Rápido! - Demandé.

- Okay, ¡okay! - Salió del auto y caminamos hasta entrar, pagué. - ¿Quieres que lleve el bolso? -

- No me toques. - Me alejé un poco.

Fin

(Alternativo)

(Lee la siguiente hoja)


La hija de Joe Goldberg y Love QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora