Capítulo 1: Inicio de una peculiar semana

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Era pasado del medio día y faltaba poco para la llegada del menor de la familia, Alphonse Elric, luego de una larga labor escolar.

Edwar apreciaba cada momento en el que podía ver a su hermano nuevamente y eso le recordaba cada vez, que ya habían pasado cuatro años desde que pudo darse cuenta claramente sobre los sentimientos que tenía por Alphonse. En el transcurso de todos esos años, no se atrevió a decir palabra alguna, por justificada razón, era su hermano. No podría siquiera pensar en expresar sus sentimientos, de tratarse de otra persona, no habría peros. En el hipotético caso, sería arriesgado, tanto en su relación como hermanos, como en el desempeño del menor en su vida universitaria; su entorno en general y por supuesto, la moral. Un tema bastante delicado de tocar.

Así pasaron aquellos lamentables años para Ed, reprimiendo aquellos sentimientos, queriéndolo en silencio. Siendo solo él, el testigo de tantas noches de insomnio, a causa de pensamientos sin sentido que daban vueltas en su cabeza, una y otra vez, sin llegar a una conclusión.

—Ya llegué—la voz de Al lo hizo entrar en razón y se dirigió a la puerta para atenderlo.

—¿Cómo te fue? —antes de recibir respuesta alguna, dirigió una pequeña sonrisa ante la mochila abierta de su hermano. Podría ser mayor de edad, pero aún se apreciaban pequeñas actitudes de infante.

El menor notó el rostro de su hermano un tanto confundido—¿Qu- qué pasa?

—Tal vez sea que estás muy atareado, pero trata de no ser tan descuidado, puedes perder cosas de importancia. —La sonrisa burlona de Edward relucía y sin más que decir, lanzó una mirada sobre sus pertenencias para evidenciar a qué se refería.

Extrañado soltó un suspiro leve —...Podías habérmelo dicho desde un principio. —ciertas veces le resultaban graciosas las actitudes de su hermano mayor. Podría haber tenido un día difícil o algo malo, pero Edward lograba animarlo de alguna manera. Winry, por su lado, se preguntaba qué tanto hacían en la entrada. —Vengan ya. Recuerden que debo ir a central por "un par" de accesorios nuevos. Espero ver uno que otro novedoso. —se emocionaba con tan solo pensarlo, y a juzgar por su amor hacia la mecánica, un par no bastaría.

Los hermanos tomaron asiento para ser partícipe de la segunda comida del día. Una más de tantas en las que compartían sus vivencias del día a día y una que otras risas, donde una gran calidez se presenciaba en momentos como ese, momentos en los que Edward se ponía a pensar cuán buena relación tenían los tres como amigos, como familia.

—Bien. Ahora si me disculpan, debo irme—por primera vez se le vio comer algo tan rápido que daba miedo, y el que la porción fuese más reducida de lo habitual le ayudaba, pero antes de prestarle atención a aquel detalle, Edward necesitaba saber algo elemental —Winry, ¿cuándo volverás? No respondiste a mi pregunta esta mañana, ahora que lo recuerdo. —hizo memoria mientras degustaba otro bocado del plato de guiso.

—¿Me extrañarás? —con tono de burla y unos ojitos de cachorro, se acercó considerablemente a Ed, meneando y desprendiendo el aroma de su cabello muy cerca de él.

—Claro que no. No puedo hacer... ciertas cosas –No es que no pueda, es solo que aún no las he aprendido bien. —excusa bastante dudosa y con un toque infante, se podía apreciar. —Tranquilo pequeñín, no tardaré mucho...—al unísono reprochó su altura. — Ya no soy pequeño. —claro que ya no lo era, le gustaba sacar de quicio al que alguna vez fue más pequeño que su hermano menor y que ella misma. —... Volveré en tres días, probablemente. —esto último a penas audible.

Amor correspondido (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora