¿Volvemos a la fiesta? || 2a parte de "Solo vine a la fiesta por..."

Capítulo 5: cigarrillos

El asiento de plástico de la grada estaba tan helado que un escalofrío recorrió la espalda de Midori. La temperatura era considerablemente baja en aquel polideportivo, y la chica se sintió mal por los deportistas que estaban abajo en pantalón corto y camiseta. Aunque ellos al menos se estaban moviendo, y ella llevaba más de media hora sin levantarse del mismo sitio. El partido iba por el último set, con sus amigos ganando por cinco puntos.

Atsumu la había invitado a ver uno de sus partidos de práctica del campamento, uno que jugaban contra un equipo universitario. Ella había accedido encantada, y ahora estaba en una grada casi vacía en un enorme pabellón. Los partidos estaban abiertos al público, pero los únicos que iban a verlos eran algunos amigos o familiares de los jugadores. Desde su asiento, podía ver perfectamente la cabeza rubia de Atsumu, constantemente en movimiento en el campo, y la espalda de Suna, tan ágil con su bloqueo como siempre. Se había sorprendido al reconocer al chico del otro día, Sakusa Kiyoomi, que jugaba en el equipo de sus amigos, y que de vez en cuando se llevaba quejas de Atsumu.

Tras el pitido que marcaba el final del quinto y último set, los jugadores se dieron la mano amistosamente y se dirigieron a los vestuarios. Estos estaban debajo de la grada donde se sentaba Midori y los chicos la saludaron de camino. Atsumu agitó la mano efusivamente y le lanzó un beso, mientras que Suna se limitó a hacerle un gesto con la cabeza, aunque no apartó la mirada de ella. Para su sorpresa, Sakusa también la saludó, con un pequeño movimiento de su mano.

Una vez todos los jugadores hubieron salido de la pista, Midori se levantó de la grada y se dirigió al hall del pabellón a esperarles. Había hablado con Atsumu antes de ir al partido, y habían quedado en que después saldrían con Suna y con Lucy, la compañera de piso de Midori, a una discoteca muy popular entre los universitarios. Ella no se esperaba que Suna accediera a la propuesta, pero no se iba a quejar. Lucy había dicho que ella se reuniría con ellos allí en el sitio, pues había quedado antes con algunas chicas de su clase.

-¡Ya estamos!- la voz de Atsumu hizo que Midori levantara la vista de su teléfono y vio a tres chicos acercándose hacia ella: sus dos amigos y Sakusa, que iba detrás de los dos, mirando al suelo. Ella sonrió y guardó el teléfono en el bolsillo de su abrigo- Le he dicho a Omi que se podía venir con nosotros esta noche, ¿te parece bien?

-Por mí sin problema- contestó la chica. Se acercó más a Atsumu y le murmuró al oído-. Qué pasa, ¿que te quieres traer al novio, eh?

Él se apartó enseguida, con las orejas coloradas, y gesticulando exageradamente con las manos.

-¡No es eso!- los otros dos chicos se limitaron a mirarle con expresiones casi idénticas, una mezcla de indiferencia y cansancio, mientras Midori reía por lo bajo.

-Bueno, ¿nos vamos o qué?- esta vez fue Suna el que habló, caminando hacia la puerta de salida, y sacando algo del bolsillo de su chaqueta. Midori advirtió que era un paquete de tabaco de liar y un mechero- Yo voy a echarme uno, si os vais a quedar aquí todo el día.

La chica advirtió la mirada de desaprobación de Atsumu, que aunque sutil, era lo suficientemente obvia como para que ella se diera cuenta. Supuso que, al dedicarse al deporte profesionalmente, no estaba muy bien visto tener ese tipo de hábitos poco saludables. Sin embargo, Midori pensó en las borracheras que tanto le gustaban a Atsumu, y en que él tampoco estaba en posición de juzgar. Como nadie dijo nada, Suna se dirigió al exterior del pabellón.

-Espera, voy contigo- las palabras salieron de su boca antes de que ella pudiera pensarlas. Midori sabía que eso no había sido porque realmente necesitara echarse un cigarro. Se autodefinía como una "fumadora social", pero no era algo que hiciera a menudo. Aunque todavía no se lo iba a reconocer a sí misma, anhelaba pasar más tiempo con el chico que caminaba ligeramente encorvado a la puerta de salida.