Capítulo 103

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- ¿Qué es eso? – Jennie se tapaba los ojos – Esas cosas son asquerosas

- Oh vamos, Jen, ¿me vas a decir que con más de 30 años no has visto porno de monjas? – el sociópata estaba a su lado – Eso es normal hasta para los niños hoy en día

- ¡Eso es asqueroso! – se sonrojo cuando escuchaba los gemidos - ¡LALISA, AYUDAME! – comenzó a lloriquear como una niña

- ¡Hey! – Bonucci llego con una mueca de dolor – Mi peque, mejor ven dejemos a los cochinos juntos – los Lisandros, más la mecánica y Coleman

- Eso es educación, Jennie no será virgen toda la vida – respondió el científico – Ella debe tener bebés

- Ya los tengo – dijo entre sollozos – Lalisa y yo tenemos hijos

- ¿Y cómo fue eso posible? – la vampira estaba más que furiosa – Si eres una niña, por el amor a Drácula 

- Lalisa me beso en un torneo y así tuvimos bebés – las carcajadas se escucharon de todos lados - ¿Por qué se ríen?

- Ya, ya – apareció Son – Dejen de molestarla, yo hablare con ella. Ya es tiempo de que le explique todo

- Más te vale, sino te vamos a matar – Iceberg Queen apareció – Ella es una niña, hija, no voy a tolerar que juegues con ella

- ¡Y no lo hare!

- ¡Recuerda que estás casada! – le dijo Bonucci – No le seas infiel a mi Cruella

- Joder, ya déjenme en paz

La Saiyajin mayor arrastro a la menor por unos pasillos hasta que llego a una habitación completamente vacía, luego se vio un hermoso paisaje, Lalisa cerró la puerta para que nadie la molestara

- Vale, vale – Lalisa miro al cielo – Ahora, ¿Cómo hago esto? – suspiro – Escritora, por favor, ayúdame

- Ñe – le contesto la voz

- Por favor, necesito algo romántico – junto sus manos hacia el cielo

- Estamos grave, yo ni pareja tengo y soy el propio tempano de hielo para eso. Niña, estas sola – fue lo único que le dijo

- Mierda, toy forever alone – hizo puchero y siguió a Jennie

- ¿Qué es este lugar? – miro para todos lados con admiración – Es tan hermoso

- Esto recrea las memorias de las almas, los chicos vienen aquí para recordar algunos momentos específicos – la imagen cambio y se vio un edificio – Aquí fue donde todo comenzó, donde encontré el amor de mi vida – la escena de como entro Lalisa al edificio se hizo presente – Pero, esto no es lo que quiero mostrarte

Ambas caminaron hasta el gran agujero que creo Lalisa. Detrás de ellas la imagen se reproducía, la imagen de una ingenua Son Lalisa que conoció a una magnate de los negocios y que aquello desencadenaría en una loca historia

- Jen, ¿Confías en mí? – la mayor le tendió la mano a la menor

- Yo – miro al precipicio, en aquel lugar no tenían poderes – Lo hago – paso saliva y miro a Lalisa

- Eso espero – la mayor dio un paso adelante, luego la menor y ambas estaban flotado en la nada – Este es el comienzo, para todo lo que pasara ahora

- ¿De qué hablas? – el escenario cambio, sus ropas cambiaron y ahora todo parecía de una era más antigua – Woah

- Bienvenida a Paris, 1443, Madame – hizo una reverencia – Elizabeth me dijo que no había nada más puro en el amor que una carta echa con el corazón – le beso el dorso de la mano y luego le entrego una carta – Es usted una bella rosa

- Deja de hablar así, es raro – Jennie vio su vestido y la ropa de Lalisa – Parezco una muñeca, es divertido – sonrió y tomo la carta

- Vamos, hermosa – ambas entrelazaron sus manos – Hoy te voy a enseñar – comenzó a cantar – Este mundo esplendido, ven princesa y deja a tu corazón soñar, un mundo ideal – cantaba muy raro y Jennie se carcajeo

- ¿Dónde sacas esas cosas? – caminaban por el pueblo y muchos los veían

- Es de Aladin, un clásico de Disney. Rosé y yo las veíamos todo el tiempo, ella decía que yo debía enamorar así a Jennie, con cosas bonitas, cosas bonitas tal y como tú – de inmediato la otra se sonrojo

Las chicas caminaron sujetadas de la mano por las calles, comieron pastel y bebieron té. Anduvieron a caballo y observaron el horizonte, en ningún momento Lalisa intento besarla, solamente estaba haciendo las cosas bien con ella

- Siguiente parada – Lalisa agarro de la cintura a Jennie y salto al vacío la otra casi le da algo – Confía, Jennie. yo nunca te dejare caer

- ¿Dónde demonios estamos? – ambas caían sujetadas de la mano

- Es el cielo – le restó importancia – Además, es la mejor manera de ver una película

- ¿Una qué? – de un salto estaban en la puerta de un cine – Vamos al cine, ¿Estás cucú?

- Si, lo estoy – miro la cartelera – Mejor vayamos por una película y comamos palomitas

Las chicas vieron Hotel Transilvania 4, luego salieron de allí para ver los Avenger End Game

- Juro que si me topo con ese Thanos le pateo el trasero – hacia movimientos muy divertidos – Le daré la paliza de su existencia

- Claro, claro – caminaban por la calle de la mano con un helado en mano – Yo ya peleé con él, así que…

- ¿Qué tu… que? – Jennie se detuvo – Eres una mentirosa

- Te lo juro por nuestros hijos – la menor abrió la boca – Pelear con ese tipo me costó mis poderes

- Yo mejor peleo con Drácula el de hotel Transilvania, es más buena onda

La mayor negó y caminaron por todo el lugar, hasta que llegaron a una fuente. A la fuente que fue muy llamativa para Lalisa. Estaba nevando y al parecer estaban en Nueva York

- ¿Jen, crees en el amor? – ambas miraban aquella fuente con adoración

- No lo hago – respondió segura – Yo no sé qué es el amor

- Yo tampoco se mucho – ambas se miraron – Pero, he amado, he llorado, he sufrido y no dejaría de amar. Porque cuando amas alguien tu corazón late como loquito – coloco la mano de Jennie en su corazón – Tus palabras se traban y las cosas que sientes se intensifican por mil, no quieres que nada le pase a esa persona especial, porque es muy importante para ti

- Yo… - Jennie bajo el rostro – No puedo – se alejó – Sé que intentas algo que no puede pasar

- Deja de alejarte, Son Jennie, yo no te hare daño

- ¡No! ¡no lo entiendes! – daba pasos más lejos de la mayor - ¡Yo no puedo amar a nadie!

- ¡¿Por qué?! – ya Lalisa estaba desesperada

- ¡Porque me voy a morir! – las lágrimas bajaban por los ojos de Jennie – Porque cuando encuentre a la persona que ame, yo voy a morir

The Saiyan PT II. La Última BatallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora