5. ¿Quién eres?

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Nota de la autora: Al final del capítulo se describe una escena >18. Se pide precaución.

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La noche del viernes se probó toda la poca ropa que tenía y se miraba al espejo desechando una tras otra. Simplemente sentía que nada le quedaba y estaba demasiado ansioso por el día siguiente. La música del city pop japonés sonaba a volumen moderado en su teléfono celular mientras se cambiaba su camiseta verde musgo por alguna otra. Se miró brevemente en el espejo. Lucía pálido y flaco además de tener un par de cicatrices de peleas con armas blancas cerca de las costillas en su lado derecho. Se pasó ligeramente la yema de sus dedos y recordó esa pelea que tuvo con un chico más grande que quiso propasarse con él una vez en los baños. Al otro le había ido peor. Levi lo había dejado inconsciente y con una herida cortopunzante en el hombro izquierdo. Desde ese día procuraba ir al baño en horarios que fuera más concurrido. Tenía solo 14 años.

De a poco esos traumas habían ido quedando atrás. Aunque sus vivencias jamás quedarían del todo enterradas. Algunas serían recursivas; volverían los recuerdos, o algunas obsesiones quedarían con él para siempre, tal como le sucedía con su necesidad de realizar aseo compulsivo en su cuarto o en el lugar de trabajo pues el reformatorio siempre había sido un lugar donde la limpieza no era una prioridad. Isabel y Farlan lo habían notado y en vez de criticarlo, imitaron su actuar. Claro que no dejaban tan limpias las góndolas con los productos como Levi.

Volvió a ponerse otra camiseta. Una negra de mangas largas y cuello redondo, pero un poco más abierto que dejaba ver sus clavículas. Volvió a mirarse en el espejo y luego se la quitó dejándola sobre una silla junto con unos jean y zapatillas también negras. Ese era su atuendo decidido para el día siguiente. Apenas pudo conciliar el sueño con la ansiedad. Miró en el teléfono nuevamente los códigos QR que habían llegado a su correo. Uno para el acceso general y el otro para el panel que sería a las 17:00hrs. Logró quedarse dormido pasadas las 3am.

Al día siguiente se reunión con Isabel y Farlan en las afueras del metro para luego caminar hasta el lugar del evento. Era un lugar enorme con un estacionamiento atiborrado por una larga fila.

- Mierda, cuanta gente esperando entrar. – comentó Levi.

- ¿Quizás podríamos intentar saltarnos la fila? – sugirió Farlan.

- Nah, esto avanza rápido. – aseguró Isabel que iba vestida con el haori de Shinobu Kocho encima de una camiseta púrpura y una falda negra.

Y efectivamente la fila avanzó rápido. Marcaron sus tickets y al ingresar Levi quedó sorprendido de aquel lugar. Jamás había estado en una convención. El lugar por dentro era enorme y estaba lleno de muchos stands, puestos de fotografía, pequeñas salas con actividades y todo aquello mientras paseaba un montón de gente con distintas vestimentas de todo tipo. Levi y Farlan iban muy normales con su ropa mientras alrededor de ellos pasaban cosplayers muy producidos que se tomaban fotos con cualquiera que se los pidiera. Los stands de venta estaban llenos de artículos de todo tipo; cómics, mangas, figuras, fanarts, etc. Comenzaron a pasearse por los puestos a paso lento. Farlan de a poco se iba entusiasmando con el ambiente mientras que Levi mantenía sus reservas respecto a todo lo que estaba viendo, caminando con las manos escondidas en los bolsillos de su sudadera negra.

- ¿Por qué tan de negro Levi? – le preguntó Farlan mientras paraban en el puesto de Hot Toys.

- Ah es que... no sé, es lo que tenía limpio la verdad. – dijo con desinterés.

- Están tremendas estas figuras... y carísimas. Hay mucho realismo en sus gestos – comentó Farlan mirando la de Doctor Strange que estaba frente a él.

Escucho tu voz desde lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora