» Parte Tres

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Día Dos



Kirishima seguía pensando en el día de ayer. No dijo nada cuando Bakugo usó su clave, tampoco lo detuvo cuando tomó sus cosas y se fue, y por supuesto que no lo llamó en ningún momento. Las claves en ese tipo de "relación" existen para eso, ¿no? Detener sea lo que sea que estén haciendo. Pero la curiosidad era algo que le estaba ganando al pelirrojo y es que estaba bastante seguro que Bakugo no la usaría. Ahora se pregunta que hizo mal y cómo puede compensarlo sin hacerlo sentir incómodo.



— Estoy suponiendo que no me estás escuchando, Kirishima.



La realidad lo golpeó, haciéndolo recordar que era sábado, estaba en la calle y con Sero a su lado contándole algo que definitivamente no pudo escuchar bien.



— Lo siento, yo estaba pensando en algo. ¿Qué me decías?


— ¿Estás bien? Desde que nos encontramos en el tren, has estado muy raro.


— No importa, dime lo que me estabas contando.


Sero lo miró, tampoco quería obligarlo así que sólo suspiró y prosiguió. — ¿Qué debería regalarle a Mina de aniversario?


Kirishima se sorprendió. — ¿Ya cumplen un año?


— Siii. — Sero sonrió, avergonzado y muy feliz— Es increíble, ¿no? Cómo todo comenzó por una competencia. Literalmente nos odiábamos. Ahora no puedo imaginar un baile sin ella.


— Si estás perdidamente enamorado. —ambos rieron— ¿Por qué no le regalas algo especial? Algo relacionado a aquella vez que se conocieron. Estoy seguro que le gustará.



Sero pareció pensarlo y tener la idea perfecta. Agradeció a Kirishima y siguieron su día entre risas y recuerdos.

Intentó hablar sobre su situación con Bakugo, pero no le pareció apropiado. Aunque Sero era su amigo de la infancia, habían cosas que no podía contar y esta era una de ellas. Aunque seguía pensando en Bakugo y cómo su relación sería de ahora en adelante. ¿Tal vez este era el fin de su juego? ¿Volvería todo a la normalidad? Eran muchas preguntas y ninguna respuesta.

🦈 💥

— ¿Q-que estás haciendo aquí?


— Porque eres muy tonto para llamarme.



Bakugo ingresó a la habitación de Kirishima. No había oído la puerta principal sonar, así que eso le sorprendió bastante.



— ¿Siquiera entraste legalmente a mi casa? — Kirishima rió.


A Bakugo no le hizo gracia. — Claro que sii. Tu papá me dejó entrar antes de irse al trabajo. Me dijo que te dijera que la comida estaba en el microondas y que no lo esperes para cenar. — Bakugo pareció pensarlo, estaba extraño y su voz bajaba cada vez más, tanto como un murmuro— tu mamá tampoco está...


— Oh. Oh, si. Tuvo que ir a casa de mi abuela, a cuidarla esta noche. — Kirishima se sentó en la cama, sus ojos pasando de sus manos que jugaban intranquilas hasta Bakugo que seguía de pie mirando el entorno— ¿estás bien?


Una vez más » KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora