Youngblood ²⁴ || Kate Bishop ||

▎Chapter VII

Leer la nota al final

Isaac odiaba viajar a Inglaterra, más en invierno, hacía un frío que te congelabas al mínimo descuido de no abrigarte bien, como le estaba pasando a los dos adolescentes, pero estos por tratar de llevarle la contraria no le hicieron caso de que tenían que abrigarse, su consecuencia, tenían frío hasta donde no les daba el sol.

—No podíamos esperar dentro del hotel, donde hay calefacción —murmuró Jed entre dientes, estos se abrazaban más a sí mismos, Jared se juntó más contra Louis.

—No —habló Isaac en tono burlesco.

—Te odio.

Para suerte de ellos, el automóvil no tardó en aparecer. Se subieron a este que era manejado por su tío, el camino hasta la mansión Jones era largo, esta se encontraba fuera del centro de la ciudad.

Luego de una hora, se empezaron a ver construcciones, estás en un complejo residencial, los dueños del complejo, los Peaky Blinders. El guardia de la reja al ver las camionetas la abrió, contempló todas las enormes mansiones, habitadas por personas con grandes riquezas y poder, algunas obteniéndose de manera legal y otras no tanto.

Casi llegando al final se podía ver una mansión al estilo contemporáneo, esta tenía varias camionetas estacionadas en el frente, apenas el automóvil se detuvo, Isaac bajo de este, hizo un saludo con su cabeza al ver a Irina bajar igual de su vehículo.

—Esa es, la que yo creo ... —preguntó Jed posicionándose a su lado mirando a la rubia delante de ellos.

—Irina Komarov —habló Isaac con su mirada clavada todavía en la rubia, esta los miró mientras caminaba hacia la mansión, al pasar por su lado, la chica les guiñó un ojo.

—Ni lo pienses garçon, te aplastará como una mosca —dijo Isaac viendo las intenciones de su hermano — Además te recuerdo que es mayor que tú por doce años, olvídalo.

Pasó sus brazos por los hombros de su hermano y se encaminaron hacia la mansión. En la puerta se encontraba Henry Jones con la sonrisa más forzada y falsa que Isaac había visto.

—Isaac, muchacho, me alegra mucho verte —este lo agarro de su brazo libre para jalarlo y darle un abrazo, abrazo que él no devolvió —Estas tan grande, tu padre debe estar muy orgulloso.

Isaac tuvo que forzar una sonrisa cuando el hombre lo soltó.

—Gracias a usted por invitarnos —soltó.

—Pasen, pasen, están en su casa —habló el hombre.

Isaac volvió a sonreír para luego pasar por la puerta y entrar a la residencia.

—Que carajos fue eso —preguntó Jed luego de estar lo suficientemente lejos.

—Eso fue mi padre lamiéndole las botas a nuestro muy querido Isaac —dijo con voz burlona el muchacho frente a ellos.

Delante de ellos estaba la causa de esta reunión, Harry Jones, este posó su mirada verdosa en Isaac, para luego pasarla a Jed, y detenerla en Louis que se colocó a la derecha de Isaac. Azul y Verde se encontraron, el castaño sonrió tímidamente.

El pelinegro noto el intercambio de miradas, fue cuando vio ese brillo en los ojos verdes, él conoce bien lo que significaba, pasó su brazo libre por los hombros de Louis haciendo que el dejara de mirar a Harry.

—Diría que es un gusto verte, pero la verdad es que eres un dolor en el trasero — dijo Isaac.

Este lo miró burlonamente mientras se acercaba al mayor.