Youngblood ²⁴ || Kate Bishop ||

▎Chapter II

El ambiente era tenso, Isaac miró detenidamente a todos los presentes, se encontraban en una bodega a las afueras de Nueva York, observó de reojo a su tío que se encontraba justo detrás suyo, Isaac agradecía todo el apoyo que su tío le brindaba, el sonido de la puerta siendo abierta alertó a todos, giró su mirada al gran hombre que había entrado a través de esta. Se irguió, mostrando su altura, él no iba a dejar que el hombre frente suyo lo intimidara.

— Así que, tú eres el garçon que se está robando mi poder —su voz era grave, pero, aun así, Isaac pudo notar el tono sarcástico.

—Hablas del poder que perdiste cuando te venció un tipo con cuernos en la cabeza —dijo —O el que tenías hace cuatro años.

Isaac noto como todos en la sala se pusieron tensos y voltearon a ver al enorme hombre vestido de blanco.

—Por eso está aquí, para negociar sobre el poder que yo tengo de la ciudad, ¿o me equivoco?, señor Fisk. —el pelinegro vio perfectamente como la postura de Kingpin cambiaba —Se quien es usted, o lo que fue —recalcó —Y no le tengo miedo, tal vez antes sí, pero ahora.

El joven puso ambas manos sobre la mesa mientras alzaba su mentón, su mirada se fijó en el hombre frente a él, Wilson Fisk, uno de los hombres más poderosos de Nueva York, o lo era hace cuatro años, antes que un alienígena color morado chasqueara los dedos.

—Se que los Tracksuits están bajo sus órdenes, también sé que planea matarme, se del francotirador que está en el edificio de al lado —vio por primera vez en lo que llevaban, como la cara de Fisk cambiaba de expresión —Quiere poder, bien, lo obtendrá como todos, aliándose conmigo, porque si pretende dañar a mi familia o a mí.

Nadie esperó el disparo de flecha que Isaac hizo, la flecha rozó la oreja de Fisk para luego dar contra la pared.

—La próxima irá a su cabeza.

Isaac caminó directo a la puerta, todos observaron y escucharon la explosión que se producía en el edificio donde estaba el francotirador que tenían para matar al pelinegro.

Observó como uno de sus hombres le daba un disparo a otro que estaba en el suelo, pero al darse cuenta de que era de los hombres de Fisk solo negó con la cabeza con una sonrisa ladina, sabía que iban a intentar poner explosivos en las camionetas, incluso en su moto, por si el francotirador fallaba.

Isaac sacó las llaves de su motocicleta para subirse a ella, antes de irse su tío lo detuvo.

—Por favor ten cuidado, lo que hiciste adentro, tendrá consecuencias, tal vez Fisk ya no tenga el mismo poder de antes, pero no te tienes que confiar.

—Lose, te veo en la casa, voy a pasar por Nate a la Colmena.

Isaac arrancó la moto, se puso su casco y condujo hasta la Colmena, esta era una de las muchas casas de seguridad que las usaban como bodegas, su nombre, que fue dado por el mismo Nate, era por sus muchas habitaciones y espacios. Fue bajando la velocidad de la motocicleta al ver la estructura, estaciono su moto en frente de unas de las puertas de carga, quitó su casco para ponerlo encima del asiento, pasó una mano por su cabello para peinarlo mientras se acercaba a la puerta, estaba por colocar la llave para abrirla cuando se dio cuenta que la cerradura estaba forzada, llevó rápidamente su mano a su costado donde estaba su arco retráctil y sus flechas, estas eran pequeñas para no ocupar mucho espacio, pero eso no quitaba que eran igual de letales.

Entró silenciosamente, atento a cualquier movimiento, puso una flecha en su arco al ver un cuerpo en el suelo, al acercarse se dio cuenta que era uno de sus hombres, este tenía una herida profunda en su costado, levantó la mirada observando como la mayoría estaban igual, todos muertos con heridas provocadas por un arma filosa, un sonido cerca lo hizo levantar su arco listo para atacar, este se escuchaba lejano, como un gimoteo.

Agudizó su oído para localizar el sonido, este venía de uno de los ductos de ventilación, puso su arco en el carcaj, agarró una silla para poder ver, detrás de la rejilla estaba Nate. El pelinegro rápidamente retiró esta.

—Isaac —gritó Nate al verlo.

—Oh Mon Dieu —dijo aliviado al verlo —Nate.

El pequeño se abalanzó a él, Isaac lo atrapó en sus brazos mientras pasaba sus manos en su cabello tratando de calmarlo.

—Era como un ninja, como una sombra —dijo entre sollozos —Cuando se dieron cuenta que estaba aquí ya había matado algunos, Scott me ayudó a esconderme aquí.

El sentimiento de ira empezó a embargar, no solo mataron a muchos de sus hombres, si no también casi mataban a Nate, abrazó fuertemente al pequeño, la ciudad ardería en llamas si eso hubiera llegado a pasar. Caminó con el pequeño aún en brazos, este había parado de llorar, pero soltaba uno que otro sollozo, le colocó su casco y luego de asegurarse que no se caería arrancó la moto directo a su casa, esto no se quedaría así.

(...)

Soltó un gruñido irritado, su tío le apretó el hombro, este estaba sentado a su lado, trató de relajarse para no matar a todos los vejestorios en la habitación, tampoco estaba de humor para aguantar la mirada de odio que le estaba dando Kingpin. Un golpe en su pierna lo hizo dirigir su mirada al frente, se encontró con unos ojos verdes que lo miraban divertido, Isaac quería darle un zape para quitarle esa sonrisa ladina.

—No hay que confiarnos, que tal se aparece otra vez.

Suspiró mirando a todos los presentes, todos líderes de sus propias organizaciones o mafias, todos para discutir el problema más grande que habían tenido, Ronin. El justiciero que tenía como meta acabar con todo el mundo criminal, fue el mismo que atacó la Colmena, escucho como el actual líder de los Yakuza se quejaba de cómo había matado a casi todos sus hombres en una sola noche.

—¿Cómo piensan matarlo si no sabes quién es? -preguntó Harry sarcástico, el dueño de los ojos color verde, y de la mafia inglesa —Además ha estado inactivo por meses.

—Que no haya parecido aun, no significa que no volverá a atacar —dijo su tío.

Alguien estaba a punto de hablar cuando los teléfonos de la mayoría de los presentes empezaron a sonar, incluido el de Isaac, dudó en contestar al no tener el número registrado, pero al final decidió atender.

—Diga —habló.

—Isaac.

Este se acomodó mejor en la silla mientras miraba a su tío que también contestaba una llamada, y tenía la misma mirada sorprendida.

—Jared —preguntó al escuchar la voz de su hermano.

¡FELIZ NAVIDAD!

Se que les había dicho que los Miércoles iba actualizar pero no me decidía si seguir la línea del tiempo y acontecimientos de Hawkeye o no, al final decidí que solo tomare unas cosas de la serie, todo lo demás será diferente.

A partir de hora prometo actualizar los miércoles.

Por si no quedo claro, el final del capitulo se lleva acabo cuando los desaparecidos regresaron, ósea el día de la batalla final contra Thanos.

No se olviden votar y/o comentar así me harán saber si les gusta y me animarán a seguir esta historia.

No olviden pasarse por mi historia de Eros.

Espero leerlos pronto y hasta la próxima actualización.