▎Chapter VI

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Los tragos seguían llegando, la música se escuchaba por todo el club, del grupo de Kate solo quedaban Isabelle, Tom, y ella junto con los primos de Louis, en algún momento de la noche que ella no recordaba, los otros se dispersaron, le parece que Helena y Taylor, que llegó dos horas tarde, fueron juntas al baño, pero con el alcohol circulando por su sistema no recordaba bien.

Soltó una risa, Isaac la había agarrado de la mano para darle una vuelta, los dos se encontraban bailando, ya que el resto estaba algo cansado, el pelinegro les había dicho que tomaran agua en lugar de alcohol si no querían amanecer con más resaca.

Los dos se movían algo torpe en la pista, se les dificultaba por la cantidad de gente que había y por lo tomados que estaban.

Kate pasó sus manos por los hombros del mayor, con agilidad dio una vuelta alrededor de él, una de sus manos la deslizó por el pecho del chico, cuando volvió a estar en frente a Isaac, este la tomo por la cintura con su brazo izquierdo para acercarla a él, ambos se miraron a los ojos, azul y marrón se encontraron, los separaba una distancia mínima, ambos podían sentir la respiración del otro, el brazo en su cintura afianzó su agarre, Kate pasó su brazo derecho por atrás de la cabeza de Isaac, para juntos empezar a moverse al ritmo de la música.

—Veinte dólares a que comienzan a salir — comentó París a Isabelle, ambos observaban a los pelinegros bailar desde donde estaban sentados.

—Mmmm nose, Jed —hablo al chico que estaba a su lado besándose con una chica que no conocía — ¿A tu hermano le gustan las pelinegras?, porque al parecer a ti te gustan las pelirrojas.

—Isaac no tiene preferencias.

—Hecho — dijo finalmente.

Al momento de darse la mano comenzó una canción que le gustaba a la chica, así que sin soltarlo lo levantó para llevarlo a bailar dejando a Jed solo con la pelirroja desconocida.

(...)

Kate tiró sus zapatillas, al ver su cama se dejó caer en ella, miro el reloj en su mesa de noche, eran las cinco de la mañana, juntando todas sus fuerzas se levantó, ya en el baño se empezó a quitar el maquillaje, se dio una ducha rápida, se colocó su pijama, conectó su celular que se había quedado sin batería, al comprobar que estaba cargando se volvió a tirar en la cama, para quedarse dormida casi al instante.

El sonido de una llamada entrante la despertó, estiró su mano para alcanzarlo, lo desconecto mientras le daba aceptar a la llamada.

—Diga —dijo con voz algo ronca.

—Hello, sunshine —dijo una voz alegre.

Kate alejo el celular para ver la pantalla, con ojos entrecerrados por el sueño pudo leer el nombre de Helena. Kate soltó un gruñido, al sentir el dolor de cabeza.

—Paso algo —preguntó.

—Si, pudieras abrirnos, hace frío, estamos afuera, hay café y aspirinas.

—Voy en un momento.

Kate colgó, con pereza se levantó, se colocó sus pantuflas de dinosaurio (regalo de navidad de Taylor), al abrir la puerta se encontró con sus amigas, Helena tenía una sonrisa mientras, Taylor y Isabelle estaban a punto de caer al suelo para dormir. Les dio el paso, las tres entraron, Helena dejó los cafés en la mesa que tenía, la rubia agarró la bolsa que tenía la más baja de todas para igual ponerla en la mesa.

—Ten — Helena le extendió un frasco de aspirinas junto con una botella de agua, no dudó en tomarlas al instante.

—Gracias — se dejó caer en unos de los asientos del comedor.

Youngblood ²⁴ || Kate Bishop ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora