Peligroso Misterio

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Sin duda los viajes nunca fueron lo mío, desde pequeña nunca me gusto viajar en aviones, tenía un pánico a la hora de despegar, pero agradecía que una vez que estábamos en el aire se me pasara aquella sensación.

 Pero acá estoy, arriba de un avión volviendo a mi país natal, luego de casi 3 años viviendo en Estados Unidos, necesitaba volver, extrañaba demasiado a mi familia y amigos.

 Extrañaba mi vida, extrañaba la adrenalina, el peligro y en especial las carreras, me aliviaba la idea de tener mi vida de nuevo, ya que todo lo que me apasionaba lo tuve que dejar atrás.

 Llegué a Rusia alrededor de  las 5:00 A.M. Era muy temprano por lo cual decidí ir a mi nuevo departamento a dejar mis maletas y organizar un par de cosas.

A las 10 A.M. decidí ir a la casa de mis padres de sorpresa, ya que ellos aún no sabían que llegué a Rusia. 

 Agarré las llaves de mi moto, la cual había enviado unos días antes para que cuando yo llegara ya estuviera acá.Luego de unos 30 minutos llegue a la casa donde había vivido toda mi infancia, el solo verla me hacía recordar todos los momentos junto a mi familia, tomé un fuerte respiro y me encamine hacia la puerta.

 Toqué y a los minutos me abrió mi padre Alexander Russell.

– ¡Emily! – dijo abrazándome, lo cual me sorprendió porque mi padre no es una persona que suela demostrar afecto.Le sonreí y le devolví el abrazo.

– Hola, papá – dije deshaciendo el abrazo.

 Pasamos dentro de la casa, el ambiente me trajo muchos recuerdos de mi infancia, sonrió al recordarlos.

Fuimos al salón y vimos entrar a mi madre, Irina Russell.

Al verme sonríe y viene corriendo hacia mí.

– Cariño, ¿Qué tal tu vuelo? – preguntó tras darme un gran abrazo, el cual por cierto casi me asfixia.

– Me fue bien, ya sabes, a pesar del despegue lo cual detesto. – dije con una media sonrisa.

Ella rió, mi padre nos vio y se acercó a nosotras.

– ¿Por qué no nos dijiste que llegaste así te íbamos a recoger al aeropuerto? – dijo él, serio como de costumbre con un tono de reproche.

– Era muy temprano cuando aterrice no quería molestarlos, además tenía que organizar varias cosas en mi nuevo departamento. – dije seria mirándolo a los ojos.

Mi padre fue a abrir la boca para responder, pero antes de que pudiera decir algo mi madre intervino.

– ¿Qué te pareció tu nuevo departamento, hija?

– Es muy bonito, mamá. – respondí sonriendo. – Es muy simple para tu gusto, pero es acogedor aunque le falta unos cuantos muebles y demás.

– Si gustas podría acompañarte a comprar todo lo que haga falta, cariño. – dijo ella emocionada. 

– Claro mamá, te diré cuando tenga planeado ir. – dije con media sonrisa en mis labios. – Por cierto, ¿dónde está Andrew?

– Вот я, мышка. (Aquí estoy, ratón.) – dijo una voz ronca la cual reconocería en cualquier lugar, voltee hacia donde provenía y lo vi a él. Andrew Russell, mi hermano mayor con una gran sonrisa.

 Al verlo me pare enseguida y me tiré hacia él, él me atrapó en sus brazos abrazándome fuerte.

– Я скучал по тебе, идиот. (Te extrañé, idiota.) - dije sonriendo.

– Yo mucho más, ratón. – dijo él separándose de mí y dándome una cálida sonrisa.Fue a saludar a nuestros padres y volvió hacia donde estaba yo. – ¿Vamos a mi habitación, ratón? Tenemos muchas cosas de qué hablar. – preguntó él mirándome con sus brillantes ojos azules.

Me despedí de mis padres, subí las escaleras junto a Andrew y nos dirigimos a su habitación.

 Al entrar allí me di cuenta de que todo seguía igual, me dirigí a su cama y me senté.– Bueno cuéntame, qué ha pasado en mi ausencia? – sabía que Andrew tenía muchas cosas que contarme, pero una de todas esas cosas era la que más llamaba mi atención. –Bueno por donde empezar, emm tus amigos te extrañan demasiado – sabía que estaba diciendo cualquier cosa, algo estaba evitando contarme.

 – Andrew sé que algo me ocultas, si no me cuentas ahora sabes que me enteraré, por otro lado. – Creo que se dio cuenta de que decía la verdad por eso me observó y me dijo la noticia que menos esperaba.