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Tú luna

Como sabes, soy amante de la astronomía, yo tenía mi propio telescopio en Saltillo, y una vez estaba muy aburrido en la noche.
Hacía un chingo de frío y el viento rompía cualquier oración que quisiera formular.

Mi hogar, mi casa: era de 2 pisos, un cuarto pequeño arriba donde dormía yo, y abajo la morada donde todos habitaban.
Esta habitación daba directamente al techo del resto de la estructura y de lado tenía unas escaleras que daban hacia el techo de este cuarto, donde estaba el tinaco de agua y un balde de pintura; ahí subía a fumar cuando no podía conmigo mismo, en fin.

Un lugar solo y vacío, donde nadie me veía, perfecto para ver las estrellas y la luna. Recuerdo tomar ese telescopio y subirlo a ese techo, tarea difícil para un solo hombre, pero victoriosa al final.

Puse el filtro y observé la luna, la había visto antes pero jamás con el mismo amor que en ese instante sentía, fue como si me enamorara, como si viera unos lindos ojos combinados con un espíritu inquebrantable y bello, cuando me di cuenta habían pasado 15 minutos, y seguía ahí, estoico, erguido, observando la luna.

Es tan linda y tan comun que nunca pensamos dos veces en ella, si algún día nos faltara; todo lo que perderíamos, no solo en el astro, si no en el mundo.
¿Imaginas lo difícil que sería imaginar una noche sin la luna?, imposible.
Ella forma parte de muchos procesos naturales y, como seres naturales, nos vemos afectados por ella.

Siempre esta ahí, y siempre la necesitamos.
Es tan bella.
Solo está unas horas, pero no necesitas más que 15 minutos para amarla.
Me fascina la luna, me recuerda a ti.