Wanda se levantó del asiento lentamente. El estresante intercambio con Diana la había dejado exhausta. Ella cogió las flores del supermercado de Natasha e inhaló su aroma fresco y dulce.
Una sonrisa se extendió por su cara y la bebé pateó suavemente dentro de ella. Frotó la mano por el bulto y dijo: "Te escucho, pequeña. A veces el empaque más modesto, es el mejor."
Wanda agarró un jarrón para las flores y las arregló muy bien. Miró a su alrededor y trató de pensar dónde ponerlas, y vio el lugar perfecto en su alféizar de la ventana de la cocina. Ahora cada vez que estuviese ocupada en el fregadero, recordaría a Natasha y su sencilla amabilidad.
Era extraño. Nunca antes había visto a Diana tan territorial. No habían estado juntas en mucho tiempo, pero nunca había tenido otra relación desde la de Diana. De repente la golpeó lo que acababa de pensar.
No estoy en una relación con Natasha, Wanda se dijo con firmeza. Pero entonces, ¿por qué se sentía como que iba de esa manera?
Su mirada fue atraída a las bolsas de supermercado, y se dio cuenta de que era porque se estaban comportando como si estuvieran en una. No era forzado o artificial, simplemente poco a poco se empezaba a entretejer sus vidas. Natasha estaba haciendo mandados, llevando las compras a casa, trabajando en el garaje mientras ella se entretenía en la cocina, y la idea le dio a Wanda un cálido brillo interior. No tan cálido como cuando pensó que Natasha iba a besarla, pero una calidez reconfortante de todos modos.
Agarró sus medicamentos y tomó una dosis. Con suerte podría empezar a sentirse como ella de nuevo.
Jake se acercó corriendo por la puerta diciendo, "Mamá, ¿estás bien? Natasha quería que comprobara."
"Estoy bien. ¿Por qué no le pides a Natasha que venga a tomar el té? Así puedo hablar con ella."
Jake tenía una expresión de pánico en su rostro. "No vas a enviarla lejos, ¿verdad, mamá?"
"No, no haré eso. Sólo tenemos que hablar."
"Diana no fue muy amable con ella en el garaje, y Natasha sólo quiere ayudarnos."
Wanda suspiró. "Bien. Ve a buscarla, Oso Pooh."
Dian siempre sería una parte importante de su vida, y sería la que la había respaldado desde que la había encontrado llorando en el piso de la sala de estar de su casa familiar, rodeada por la prensa rondando afuera.
Tenía que arreglar las cosas con ella, y Wanda se prometió llamarla más tarde. Pero primero tenía que guardar esta comida. Natasha parecía haber comprado mucho. Vio varias cajas de pizza sobresaliendo de las bolsas, y eso hizo la hizo sonreír.
Claramente Natasha pensó que la pizza era una prioridad para el hogar ya que a Jake le gustaba. Wanda vació las bolsas llenas de pizza, leche, queso, papas fritas, y paletas, claramente otra prioridad Romanoff.
Llegó a la última bolsa y la encontró llena de al menos una docena de frascos de jalapeños picantes, y de cajas de galletas.
Natasha se acordó. Toda la emoción y el estrés no iban a ser retenidos después de ver este dulce acto de bondad, así que comenzó a sollozar.
***
"Hola, Wanda, Jake dijo—" Natasha empujó la puerta cuando escuchó a Wanda llorar. Esto no era lo que esperaba. Jake dijo que su madre estaba bien, y sólo quería charlar. "Wanda, ¿qué pasa?"
Wanda se dio la vuelta y recorrió la habitación, hacia sus brazos. Natasha la abrazó con fuerza y le acarició el cabello. "Shh... está bien. Dime qué pasa."
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Inesperado [wandanat]
Fiksi PenggemarLa propietaria de un negocio propio, Natasha Romanoff, siempre ha disfrutado de dos cosas en la vida: las mujeres y los autos rápidos. Ahora, a sus treinta y cinco años, está inquieta y no puede entender por qué. Entonces, un día, aparece un niño de...