𝟬𝟲

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Jungwon miraba de reojo por momentos breves al pelinegro quien sólo mantenía la suya al frente. Miro el suelo y apretó la chaqueta negra en manos ¿en qué se había metido?

«Lo sabía, sabía que nunca debí seguirlo»

—Sólo te advierto que yo soy solamente un pobre individuo que no tiene dinero a montones ni siquiera un lujoso apartamento ¿okey? Así que no me juzgues si lo que estas a punto de ver no es de tu agrado —musitó antes de entrar al edificio.

—Yo no he dicho nada.

—¡Pero lo dijiste con tus ojos! —contra atacó entrecerrando los suyos —No mientas, sé que los chicos de tu clase se asfixian en lugares como éstos. Si no lo supiera —rodó los ojos y soltó un suspiro. Abrió la puerta —Entra y ponte cómodo si puedes.

Jay se inclinó un poco para poder entrar pues la puerta era algo "pequeña" para él.

Cuando ingresó Jungwon la cerró, dejó su bolso en el pequeño mueble de ahí. En cuanto a Jungwon sólo se quitó el cubre bocas y gorra pasando sus largos dedos por sus cabellos oscuros alborotados haciéndolos para atrás.

—¡Ushhh! de una buena vez te digo que esto va a tardar así que es mejor que me des una dirección para que te la mande y porque sé que tú nunca esperaras por esto —mostró la chaqueta manchada —Ya te dije, ahí tú si te vas o te que-

De un momento a otro fue estampado contra la pared otra vez. Alzó su cabeza dando con la mirada de Jay sin embargo desvío la de él casi de inmediato y eso fue debido a que, sin aquella máscara cubriendo parte de su rostro era más atractivo.

«Diablos ¿Porqué tenía que ser dotado con un rostro como ese?»

—¿Y ahora qué haces tú estúpido rascacielos? —exclamó con su ceño fruncido —Te recuerdo que esto debe lavarse-

—Olvida eso por un momento. No me interesa del todo —respondió serio sin dejar de acorralarlo —Ahora que estamos completamente solos, responde ¿Porqué estabas siguiéndome?

Jungwon casi se atraganta con su propia saliva. La voz era más grave que antes y hasta un poco ronca.

«Tiene una voz grave y peligrosa.»

—Habla.

Movió un poco su rostro para no mirarlo directamente. Tratando de formular una respuesta cuerda y aceptable pues debía tener en cuenta que:

→No podía delatar a su cliente.

→Tampoco podía dejar que su trabajo fuera expuesto.

→Mucho menos decir su nombre. Eso ya era peligro extremo.

Y el más importante.

→No puedo perder mi trabajo.

Ah realmente estaba frito.

Si el chico frente a él descubría su "trabajo" como Stalker estaba perdido pues prácticamente sería despedido de una por haber roto la regla fundamental que se le había asignado al aceptar los términos del empleo.

"No involucrarse en la vida -privada- de nadie que incluía cliente u objetivo"

No podía fallar mucho menos darse el gusto de ser descubierto. Tal vez si mentía un poco logre desviar la realidad, sólo un poquitín.

Una mentira blanca.

—¿Y bien? —volvió a escuchar la voz de Jay —¿A quién le das mi información? ¿Revistas de escándalos? ¿Paparazzis? ¿Extorsionistas? ¿O será que te la quedas? Mírame y responde a mi pregunta ¿a quién le das mi información? —tomó su mentón elevándolo

𝘾𝙐𝙋𝙄𝘿𝙊 𝙎𝙏𝘼𝙇𝙆𝙀𝙍 // 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora