-Jiang Cheng!
La poderosa espada de Wen Qing sonaba mientras blandía en contra de los cadáveres que comenzaban a atacarla, la primera rubí de Qishan peleaba intentando llegar del lado del hombre que había puesto en juego todos sus nervios, sin embargo la batalla era ardua y los golpes no cesaban, ella estaba segura que si no detenía a Jiang Cheng, los lideres lo mataría, ahora que Madame Lan había quedado viudo era obvio que no podría estar presente para defenderlo y su hermana también estaba intentando sobrevivir.
La muerte se olía a distancia, un matadero completo lleno de rencor y sangre, mientras que, en medio, un hombre vestido de negro y morado tocaba con maestría una pipa negra, sus cuerdas lucían tan afiladas como su sonido, el cual hacía que los cadáveres a su alrededor pelearan ferozmente, sabía que su hermana mayor estaba dirigiendo a su clan peleando he intentado protegerlo un poco pero aun con eso, el dolor y resentimiento no se iban de su corazón. La pipa se llamaba Xian, un resplandor al atardecer. Era la temida pipa del patriarca de Yiling.
Esta gente, esta horrible gente había acabado con todos los remanentes Jin que él había intentado proteger, su pequeño a-Ling.
Él era quien debía morir no los hermanos Jin, Zixuan-ge y a-Yao no merecían ese final, y lo peor era el dolor de saber que dejo a su tan amado hermano omega viudo con su hijo recién nacido. Ya que el era quien controlaba a Zixuan, quien ahora era un cadáver, o como dijeron ellos, solo cenizas, no podía creerlo, él había sido quien tenia el poder para detener a Zixuan para que no asesinara a su cuñado, Lan Wanji, y aun así lo dejo morir, en la celebración de los 100 días de su pequeño sobrino.
Había sacrificado todo, abandono todo y renuncio a todo, no le permitieron ver a su querido shidi yendo al altar, aunque el menor haya insistido aun si fuera en incognito, pero por seguridad y palabras de Jiang Li no pudo ir para verlo casándose con el alfa que amaba y que el asesinó, no pudo conocer al sobrino que el mismo nombró, como era posible que su Shidi, su A-xian, perdonara el haber asesinado a su marido.
Sabía que no merecía perdón, ahora solo quería que lo dejaran en paz pero esos estúpidos cultivadores no lo dejaban en paz, e incluso Wen Qing, la única que creyó que sería su alma gemela estaba ahí, llamándolo pero el sabia que nada lo haría retrocede, no había fuerza en el mundo, el acabaría con todos, o bien con la mayoría porque nadie merecía el perdón, solo su hermana tal vez, aunque igual la traición seguía hay, y tal vez Wen Qing, pero de ahí el resentimiento dominaba.
Sin embargo la voz suave de un omega lo lleno, sabia quien era, y se dio cuenta que su hermana sabia también a quien le pertenecía esa voz, pero como había llegado, se supone que seguía débil por el luto y el rezar a su esposo.
-A-Cheng! ¡A-Cheng!
La voz de su Shidi, estaba en medio de esa matanza, tenia que sacarlo de aquí, su cuerpo era un poco débil, pero el recién dar a luz a su primer hijo y el haber perdido a su alfa lo habían dejado con una salud tan frágil que incluso un golpe de lotos lo dejaría mal, debía encontrarlo, con su pipa ordenaba a los cadáveres que se alejaran de los Jiang y de su Shidi, pero el resentimiento era tanto en el lugar que parecía que algunos cadáveres eran reacios a seguir sus órdenes, por lo que sin dudarlo corrió a donde la voz venia.
Vio que Wen Qing se acercaba, pero sabía que lo primordial era su Shidi, nada importaba más que su Shidi, no podía permitir que algo le pasara, era su querido Shidi.
-Jiang Wanyin detén todo esto!
La voz imponente de su hermana llego, estaban cerca, luchando para llegar al omega.
-A-Cheng
-Shidi!
-Didi
El pánico lo llenaba, debían sacar al omega de ahí.
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La triada de lotos de Yunmeng
FanfictionJiang Cheng sentía que, en ese momento, algo en él se había roto, algo se rompió. La última ancla que lo mantenía cuerdo con todo el dolor que cargaba, su shidi estaba sangrando por su boza, su cuello parecía una cascada de sangre y la ultima luz d...