Roier se sentó frente a Cellbit en la sala de la casa luego de colocar 2 tazas de té en la mesita. El viajero agradeció con un gesto y miró al contrario con impaciencia, cosa que este notó al instante.
-No sé desde cuándo estoy aquí, recuerdo haber despertado un día en medio del bosque, recuerdo llegar a esta casa... La primera vez entré en pánico, corrí todo lo que pude tratando de encontrar algo o a alguien pero... nada. -Roier desvió levemente la mirada mientras pasaba la mano por su cabello.
-¿Es decir que no tienes recuerdos de nada? Sobre tu pasado, ¿Quién eres?
-Sé mi nombre, sé que tengo 22 años... mmmm. Hay algo que puedo mostrarte, vamos, Cellbit.
Cellbit se puso de pie para seguir a Roier, caminaban hasta el segundo piso de la casa, sacó un juego de llaves y comenzó a buscar cuál abriría la primera puerta.
-Al llegar a este lugar solo quedaba investigar. Las llaves las encontré en la entrada, sin embargo no sabía a qué puerta pertenecían, las rotulé una por una, tuve bastante tiempo libre -Dijo Roier soltando una risita.
Cellbit ingresó primero, era un cuarto lleno de estantes con libros, un escritorio, una pizarra en la pared. Era un estudio muy amplio y arreglado. La luz pasaba por la ventana iluminando todo rastro de sabiduría escrita.
-Vaya~ -Mencionó Cellbit emocionado- Hay mucho para leer.
-Ni tanto, solo el estante de al fondo contiene libros reales, fueron los únicos que encontré al llegar, son para supervivencia.
-¿Qué? ¡Pero si hay al menos 8 estantes en este sitio! Todos se ven llenos, ¿Qué contienen?
-Mis sueños.
-¿Tus sueños? -Cellbit se veía claramente confundido.
-Verás, Cellbit. Cuando llegué aquí no paraba de tener pesadillas o sueños sobre cosas que no entendía. Veía personas, lugares, incluso un ser de color blanco que no parecía humano. Pero lo más recurrente fue ver a un chico de cabello oscuro...
-¿No reconoces a ninguno?
-No, por más que intento recordar, nunca puedo ver el rostro de nadie. Tengo la sensación de que los conozco, pero no sé de dónde o por qué. Así que todo lo escribí en diarios. Ayuda a no perder la cordura.
-Pero Roier... Hay libros completos aquí, es como si llevaras muchísimos años escribiendo.
-Nah, yo tengo 22, a lo mucho 23. No me veo mayor, hubiera envejecido si pasaran tantos años.
-Vaya... es muy confuso. Es obvio que perdiste la memoria. Pero ¿Por qué razón estás aquí? ¿Por qué no hay nadie más pero yo si pude entrar? Llevas muchísimos libros completos de sueños, pero no te ves como alguien mayor de 22. ¿Y si este lugar te retiene por algún motivo?
-No lo había pensado, siempre creí que era como un limbo y que morí en algún momento. Pero todo es real, siento dolor, calidez, alegría... No es fácil de descifrar.
Cellbit se asomó a los estantes y comenzó a leer algunos fragmentos.
-Puedo darte espacio para que los leas con calma y luego terminamos el recorrido, solo son cuartos, no hay mucho que ver.
-Es verdad. Roier, terminemos el recorrido, luego me quedaré a leer los diarios.
Roier asintió y avanzaron por los pasillos mostrando las diferentes habitaciones, eran 50 cuartos, solo 1 llamó la curiosidad del castaño.
-¿Qué sucede con esa habitación? Sería la número 50.
-No puede abrirse Cellbit. No es que no quiera, no puedo hacerlo.
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La Habitación de los Secretos - QSMP
FantasiaCellbit es un viajero que ama explorar nuevos lugares, llega a una isla lejana, antiguamente llamada isla Quesadilla (hace 100 años) pero su suerte cambiaría desde ese momento... ¿O no? Aquel chico castaño, uno de los antiguos habitantes, ¿Qué le s...