1. Un Reino Sangriento

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Había una vez un dolor nauseabundo imposible de soportar que con lágrimas de sangre y gritos escalofriantes la reina fue desterrada, su trono cubierto de manchas del viscoso líquido rojo y el niño dorado muerto, asesinado por su propia madre será un accidente o un sueño, se pregunta la población, su reina ha sido la más amorosa y amable mujer del reino como pudo ella hacer esto.

Pero mientras unos investigan y otros lloran los herederos han sido convocados.

El primero

Tun tun tururun
Suenan trompetas entrando al castillo de piedra rubí tallada en un estilo de Russia sus interinos son un ejército de sirvientes y como ya preparado para irse con ellos una montaña de equipaje de maletas de cuero rojas su color característico.

Un heredero hermoso liso, pulido como escultura pero tiene, un sólo defecto.

Nació sin poder ver, nunca vería lo guapo que era y sin arrogancia supondrían que gobernará sin adularse a sí mismo según el parlamento.

—Adiós chicos, me voy no me esperen de vuelta -agita su mano al aire pero los chicos detrás entienden que es para ellos- te lo dije Arturo seré ¡rey!

Acaricia a su perro de compañía mientras el lame su mano con entusiasmo imaginando tener todas las galletas existentes por ser el perro real.

—¡Señor Meiven se olvida de su flor!
—!Ay! Amor mío pétunia de mi corazón te extrañaba ya tan rápido.

—Y te extrañaré a ti más mildreth.

Con brazos al aire queriendo encontrar a su nana, sus brazos cálidos y suaves por la falta de los de su madre.

—Estoy listo para irme.

Y con su acompañante suben a un auto muy inglés negro con un símbolo el león de la familia leo.

La mujer

La debilidad de hombres y la fortaleza indestructible de su corazón la hacen perfecta sin sentimientos por una rara enfermedad mental la hace analizar todo con justicia y según el Parlamento es lo mejor para reinar.

Una habitación en la más alto de una torre imagínense los miles de escalones que han de bajar los sirvientes con maletas tan pesadas como el hierro y es debido porque hay más artículos de pelea que prendas de ropa.

—Yo cargaría esto no soy damisela de nadie pero que ridícula idea de que yo debo ser protegida si seré reina deben entender que yo tengo el poder de elegir—

TOC, toc

—milady ¿la escolto al carruaje?

—Frank no nesecito ir en carruaje y si no te importa ya me estoy yendo.

La ventana estaba hecha para saltar de ella, con un ala delta como alas de un ave despegaba  y la brisa acarició sus extremidades dándole cosquillas risas involuntarias lo que la hacia sentir algo que no era posible en su corazón.

Lady Eleida

El cerebro siempre será lo que más necesita un reino según el congreso, sin importar si tus piernas no funcionan.

El cuarzo blanco como la pureza y la luz refleja en el castillo de Lady Eleida la cuál tiene pinturas por todas partes de sus viejas aventuras en un caballo el cuál abraza en la primera. Una vez viajó en el bosque de los susurros pero como muestra la segunda pintura no hubo tentación en su corazón para ser arrastrada por los espíritus y con serenidad cruzaba sin luz que la acompañara.
La tercera obra estaba rajada, rota como su corazón solo vislumbra su cara sus rizos dorados salvajes y lágrimas sangrientas.

—Eleida deja ya de ser atrevida, ya te destruyó ser valiente y fugaz, ahora puedes escoger en pelear  por tomar un reino sólo así serás importante ya que quién quisiera casarse con tu inutilidad, si no lo puedes conseguir entonces ya no vales nada, una última oportunidad de ser alguien, Eleida, sólo una.

El dolor que perforaban esas palabras en su corazón era como el metal y alambre que sostenía sus piernas ya no quería seguir ahí pero si lo lograba sería libre como poder tener sus piernas como antes.

—No fallaré, esta vez no.

Sin importar con quién tenga que pelear.

El desinteresado

Se escuchan silbidos del viento que penetran en las ventanas de la habitación de Sir Gilbert estaba plácidamente dormido y la luna iluminaba su cara llena de moretones con distintos tonos tras tantas peleas bajo los efectos del alcohol pero para su salvación-o tortura- el fue elegido.

Susurros
—Señor. Le-van-te-sé.

Se escucha un grifo abierto y tan solo unos segundos después siento que me ahogo.

—Que!? Pasa!? aquí?

Con confusión regresa a la realidad de una habitación decorosa seda fina todo bañado en oro y que envuelven a el perezoso señor, que recién se levanta a las 5pm.

Y su mayordomo con un monóculo en su cara arrugada como pliegues de cortinas.

—Si no se levanta, se van a ir con la tortuga le aseguro que le ganará en rapidez.

Los demás no podrían ver mi aflicción que solo durmiendo con sedantes me relaja, no suelo salir de viaje y desde el tiroteo cada desconocido puede ser un peligro.

—¿Irán guardaespaldas? -habrán de seguro en el palacio pero más es mejor-.

—No pueden ir, es necesario un largo proceso para que alguien logre entrar, por ello no sé preocupe.

Dejando todo su miedo en un baúl Sir Gilbert logra irse no sin llevar una pequeña arma, por protección.

Y así fue como los herederos se encaminan al palacio real donde serán probados desde los momentos más inesperados hasta en la cotidianidad, todo. Con tal, encuentren El Heredero Perfecto.

***
¡Hola a todos!
Esta historia estaba guardada en el cajón pero decidí retomarla realmente tendrá giros que me sorprenden hasta a mí por favor denle su apreció con una estrellita y estaré actualizando los sábados,

Con mucho ánimo Valeri O.






El heredero perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora