|| [𝕊𝕒𝕟 3] ||

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Nota: cambiaré un poco el estilo de la narración porque creo que se sentirá más personal, si nos les gusta háganmelo saber y regresamos al estilo anterior lx tqm :3

Quieres ir a mi casa?- preguntó el pelinegro con una mirada sensual - bueno apenas son las 6:15, supongo que si- respondiste de la misma forma, así que se dirigieron a dicho sitio.

Al llegar pararon frente un enorme edificio que parecía ser muy lujoso, en ese momento supiste que lo de la pandilla algo serio y peligroso, eso te asustó pero te encantó todavía más, pensar en lo riesgoso que podría ser estar con él, siempre te habían gustado problemáticos y él no era la excepción. Baji te pidió que lo esperaras ahí en la entrada mientras llevaba su motocicleta a su lugar de estacionamiento asignado en el sótano, hiciste caso y en menos de lo esperado te alcanzó donde te dijo.

-Vamos pasa, mi departamento es el último- refiriéndose al penthouse, con su mano tomó de tu cintura y te dirigió al elevador, ambos subieron y para su suerte iban solos -dime Baji, exactamente a que venimos a tu casa? Mejor dicho, a tu departamento- preguntaste al pelinegro aunque ya sabías muy bien a que iban, solo querías que él mismo te lo dijera, desde que lo conociste habías tenido pensamientos lascivos con él, mierda era tan guapo y sexy que en realidad era inevitable no tener ese tipo de deseo hacía él.

Sin responderte se fue acercando a ti hasta quedar a escasos centímetros de tu cuerpo, tu corazón comenzó a latir a mil por hora, por dentro estabas gritando y querías abalanzarte a él y besarlo ya, pero entonces respondió -Quieres que te lo diga o te lo demuestre?- no sabías si era efecto del alcohol o si simplemente su existencia te ponía mal, pero para cuando dijo eso sin tardar tu clítoris comenzó a palpitar fuertemente. Baji te tomó de la cintura con ambos brazos y pegó tu cuerpo al suyo, subió una de sus manos a tu nuca y unió sus labios en un beso profundo, te colgaste de su cuello y lo seguiste besando desesperadamente.

El beso hubiera seguido de no ser por el sonido de las puertas del elevador abriéndose mostrando la entrada al departamento del pelinegro, ambos se separaron y se dieron una sonrisa mutua, ambos un poco sonrojados y con la respiración entre cortada por el caliente momento que estaban comenzando a tener.

-Entra _____, siéntete como en tu hogar- Te quedaste boquiabierta al ver tan lujoso departamento, quien pensaría que una persona como él tendría tan buen gusto en la decoración. Pasaste directo a la sala que estaba a escasos metros de la entrada mientras el pelinegro dejaba sus llaves en una mesita del pasillo, tomaste asiento en el amplio sillón que estaba frente a la falsa chimenea del lugar, pronto el pelinegro de alcanzó ahí, comenzó a besarte de nuevo sin previo aviso y sin pensarlo correspondiste, él pasa una de sus manos por tu espalda acariciándola con las yemas de los dedos, con la otra hacía lo mismo en tu muslo, con solo esos pequeños roces tun piel se erizaba y tu feminidad se sentía cada vez más ansiosa de atención, pasaste tus manos por su largo y precioso cabello para luego dejarlas quietas en su cuello.

En un momento rápido de forma desesperada Baji te tomó por ambos muslos y te puso sobre su regazo con las piernas a los costados, hundió su rostro en tu cuello -Puedo?- preguntó el pelinegro tocándote cerca de tu trasero e intentando morder tu cuello - Ha-hazlo por favor- respondiste intentando no soltar un gemido con tremenda excitación que estabas teniendo. Baji comenzó a tocar tu trasero suavemente mientras lamia y mordía tu cuello, comenzaste a mover tus caderas de forma dócil y soltabas pequeños gemidos ahogados, Baji no pudo contenerse más y abrió tu pantalón pasando una de sus enormes manos por dentro para tomar más fuerte tu trasero, mientras con la otra desabrochaba y quitaba el lindo cárdigan que llevabas, en un descuido el sexy pelinegro mordió fuertemente tu hombro derecho por lo que soltaste un gemido más fuerte y agudo.

-Vaya ______, si sigues así no podré contenerme- dijo Baji soltando leves gruñidos y con una sonrisa de oreja a oreja -Entonces no te contengas- respondiste mientras tomabas con fuerza el cuello de su camisa y lamias con tu lengua desde su boca hasta su oreja. Brusca y desesperadamente Baji te sacó el top de encima dejando únicamente tu bra sobre tu torso, quitó también su camisa y pudiste contemplar con lujuria su marcado abdomen y los tatuajes que lo adornaban, él tomó de tus muslos para cargarte y tu ayudándole te agarraste de su cuello y cruzaste las piernas en su cintura, comenzó a caminar a la habitación mientras te cargaba y besaba haciendo algunas paradas antes, primero te sentó sobre la mesita del pasillo haciendo caer las llaves que antes había puesto ahí, quitó sus botas y las tuyas, entonces quitó también tu pantalón y volvió a cargarte para seguir su camino.

Atrapada en TokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora