"¡Tenemos que salir de aquí!"
"¡Mirabel, Mirabel!"
"¡Mirabel, tenemos que salir! ¡Agh!"
La casita se estaba cuarteando, empujando con agonía y sobre esfuerzo a su familia para salvarla. Por suerte ayudó a Bruno a salir sin hacerse mucho daño, no iba a dejar a uno de sus primeros integrantes morir.
"¡Mirabel!"
"¡Mirabel, mija!"
"¡Mirabel, déjala!"
Los muros, las paredes, las baldosas, todo se estaba destruyendo, la casita estaba sufriendo, si tuviera voz seguramente estaría llorando y gritando.
"¡Mirabel, la casa se va a derrumbar!"
"¡Mirabel, sal de ahí!"
"¡Mirabel!"
La muchachita logro agarrar lo poco que quedaba de la vela y la casita la empujo para que no se lastimara con los escombros que empezaban a caer, por suerte la rampa que se formó logro
salvarla de la caída, formo una pequeña barrera con las pocas fuerzas que tenía para que los escombros no la lastimaran.
Quería salvarla.
Ella es su familia.
Pero casita no logro salvarla.
Una enorme piedra que cayó desde lo más alto atravesó una de las puertas que protegían a Mirabel, era imposible de distinguir a primera vista pero se podía ver que habían varios escombros sobre donde estaba la trigueñita.
Antes de apagarse por completo, casita se estremeció del dolor y la tristeza.
No pudo salvar a su niña.
Por un momento, todos afuera se quedaron en silencio tratando de analizar la situación, no podían ver bien por todo el polvo que se había levantado, todos salieron de su trance al escuchar el llanto de Toñito, regresando a todos en sí. Julieta llamó a Agustín desesperada entrando rápidamente a lo poco que quedaba su casa para buscar a Mirabel, a ellos se unieron Luisa y Félix, los cuatro empezando a mover todos los escombros para encontrarla.
—M-mami, estos lentes...
Toñito había entrado siguiendo a su papá, viendo a todos mover los escombros se topó en el suelo con unos lentes verdes torcidos y con sus cristales rotos, los tomo en sus pequeña manitas con miedo llamando a Pepa, hasta que vio a su prima y su papá mover una enorme roca y algunas tablas, viendo a Mirabel.
Tumbada en el suelo, sus ojos abiertos y sin brillo.
Su frente y blusa manchada de rojo.
En una de sus manos apretaba aun con fuerza la vela apagada.
Dolores llego rápidamente a tomar a Toñito en sus brazos escondiendo su rostro en su cuello para que no vea esa escena, Julieta y Agustín se acercaron corriendo al escuchar el llanto del niño, su hija y su cuñado.
—¡No, no no no no! ¡Mi hija! ¡Mirabel! ¡Por favor despierta! ¡Isabela, pásame una de las botellas con chicha que estaban en la cocina!
Isabela y Camilo corrieron a los escombros de la cocina empezando a mover todo con urgencia y desesperación mientras Pepa se acercaba a Dolores y Toñito para tomar al niño en brazos tratando de calmarlo, varias de las botellas con jugo; licor y chicha que había dejado preparado Julieta anteriormente estaban rotas y derramadas en el piso. Camilo encontró un par de botellas en perfecto estado, les quito un poco el polvo y le entrego una a su tía, Félix y Agustín ayudaron a tomar a Mirabel en brazos abriéndole la boca para que Julieta dejara caer un poco de chicha con la esperanza de que despertara. Pero no funciono.
Julieta empezó a llorar desesperada sin saber que más hacer, a su hija le encantaba tomar chicha cada que se sentia mal o se lastimaba, los demás no sabían que hacer para ayudar, solo veían a sus tíos llorar mientras Mirabel no respondía. Camilo miro el rasguño que tenía en su mano y por curiosidad tomo un poco de la botella que tenía él en la mano con la esperanza de ver si su herida sanaba, le dio un par de tragos y abrió los ojos asustado al ver que la herida seguía ahí, roja y palpitando.
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☆ PEQUEÑO MILAGRO ☆
Fantasía"¡Mirabel, la casa se va a derrumbar!" Mirabel intento salvar la vela; salvar el milagro. Lo intento.