Draco y Hermione estaban en la Torre de Astronomía. Hace ya algunos meses que se reunían allí. Algunos días hablaban de cualquier cosa y otros se quedaban mirando el cielo.
Ninguno podía negar que sentían algo por el otro, pero el orgullo de ambos no permitía que demostraran sus sentimientos. Por ahora todo era una linda amistad secreta.
-Mira Hermione - dijo el rubio apuntando a unas estrellas - Esa es la constelación de la que te hablaba.-
-Wow - se asombro la leona - Es hermosa.-
-Tan hermosa como...- Dijo tomando la mano de Hermione y haciendo que la mirara a los ojos - Yo.-
-Si Draco, tú eres Hermoso - Dijo sarcásticamente y volviendo a mirar el cielo negando con la cabeza.
-No sigas alagándome que me sonrojas. -
-idiota - murmuró sonriente mientras el chico la volvía a abrazar.
-Tu también eres hermosa - dijo Draco mientras ella se sonrojaba - Y si no lo crees es porque nadie te lo ha dicho antes - sonrió - Me gusta que lo dudes.-
-¿Porqué? -
-Porque así puedo repetirtelo todas las veces que sea necesario para que lo creas.-
Draco se acercó con suavidad, viendo las mejillas sonrojadas de Hermione. Ella estaba nerviosa y los dos ansiosos.
Por fin, sus labios se tocaron. El corazón de la Gryffindor martilleaba en su pecho, y casi podía sentir el de Draco mientras jugaba con su cabello rubio. A ella le cosquilleaban las zonas del cuerpo donde el ojigris le tocaba.
Se separaron, evitaron mirarse a los ojos, estaban avergonzados. Pero a la vez ambos estaban muy feliz de que al fin aquello hubiera sucedido.
(Creditos a quien le pertenesca)