Licántropo

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Remus Lupin caminaba por los jardines del colegio buscando un buen lugar para poder terminar de leer su libro, quería poder relajarse estando lejos de todos, en unos pocos días sería luna llena y ya estaba empezando a sentir los efectos de la luna en él.

Estaba irritado y cansado y no mejoraba mucho el hecho que desde que había salido del castillo hubiera sentido un par de ojos encima de él en todo momento, por eso había continuado caminando sin rumbo fijo para saber que intentaba aquella persona o si de un momento a otro se cansaba, pero la verdad era que él se había cansado primero y ya no tenía fuerzas para seguir caminando, él solo quería leer un poco.

Encontró un pequeño árbol rodeado de varios arbustos y con algo de dificultad se sentó en él apoyando su espalda del tronco, tomó el libro y lo levantó fingiendo leer porque ya no podía sentir su mirada pero su presencia se sentía muy cercana como para ignorarla y fue cuando apareció. Primero observó un hocico entre los arbustos que olfateaba un poco y fue caminando un poco hasta que solo se dejó ver la cabeza de lo que parecía ser un gran perro de un hermoso pelaje negro.

"Qué estaba haciendo un perro en Hogwarts? "

Fué lo primero que pensó Remus.

Estaba más que seguro de que ese perro no era de Hagrid o quizás podría ser uno nuevo y se le escapó?

Lupin estaba un poco tenso, nunca había sido muy bueno con los animales por lo que respiró hondo cuando el perro salió por completo del arbusto sentándose frente a él, ladeó la cabeza hacia un lado mientras movía alegremente la cola.

Remus no pudo evitar sonreír, era un perro realmente hermoso. Esa sonrisa debió parecer una invitación para el canino que se acercó al chico aún moviendo la cola y se sentó más cerca de él, mirándolo atentamente, esos ojos grises parecían estarlo analizando, quizás estaba buscando un nuevo amo?

Levantó su mano y acarició la cabeza, el perro se dejó tocar y disfrutar del contacto, buscó algún collar para saber si tenía nombre o algún dueño pero no, no lo tenía, era muy extraño pero estaba en Hogwarts y  había visto cosas aún más extrañas, él mismo era un hombre lobo así que un perro no tenía por qué ser un gran escándalo. Al terminar de acariciar al perro se acomodó en el tronco para, ahora sí, comenzar a leer, el perro se dió cuenta que ya no tendría más atención por lo que recostó su cabeza en las piernas del chico buscando más caricias, su cola barría el césped suavemente, la sonrisa que le dedicó Remus fue de auténtica felicidad así que mientras leía acariciaba al perro.

Así pasaron una hora entera sin ser molestados por nadie, Remus por fin encontró la paz que había estado buscando desde que se había levantado, era muy cierto eso de que los perros ayudan a las personas con sus emociones.

RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora