Después de la Luna 3

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Al día siguiente Sirius llevaba todos los apuntes de las clases que Remus se había perdido y le llevaba chocolate, le hubiera gustado llevar algo de medicina, pero no le había dado tiempo de investigar al respecto y no quería pasar la vergüenza de llevar cualquier cosa, había salido de la habitación temprano y se dirigía a la mesa de Ravenclaw dónde ya estaba Remus y los otros chicos.

- Buenos días chicos - dijo sentándose junto a Remus-.

Remus le dió una sonrisa tímida que hizo sentir cálido a Sirius.

- Te traje los apuntes de ayer y chocolate - anunció emocionado -.

- De hecho Remus ya tiene su tarea lista - comentó Joseph sin despegar la vista de El Profeta-.

Sirius suspiró y un poco avergonzado miró a Remus quién le negó y sonrió.

- Sería genial tenerlos, siempre insisten en hacer mi tarea, pero me dejan sin los apuntes para los exámenes, así que me vienen bien.

- Y le vienen bien los chocolates, se le están acabando y se pone irritable - comentó Kendall haciendo sonrojar a Remus-.

- No me pondría irritable si no se los comieran.

- Comes demasiado chocolate, no se cómo es que nunca te enfermas - volvió a comentar Joseph mientras "leía"-.

- No como tanto - mintió Remus descaradamente, ganándose una mirada de desaprobación por parte de Joseph -.

- Comes tanto que ya Sirius lo notó... Puedo llamarte Sirius? - preguntó Mathias y Sirius asintió emocionado-. Imagina la cantidad de chocolate que comes.

- O imagina la cantidad de tiempo que te ha estado observando - agregó Kendall con malicia, todo los ojos cayeron sobre un Sirius pálido y nervioso-.

- Pues no es así - decidió salvarlo Remus-. Un día se lo comenté - Mentira también, jamás le había dicho algo-.

Los otros tres se miraron con sospecha.

- Nosotros terminamos aquí cierto? - preguntó Mathias-.

- Cierto - corroboró Kendall levantándose, Mathias lo imitó y miraron a Joseph-. No vienes?

- Estoy leyendo - comentó sin despegar los ojos del periódico -.

Kendall miró a Sirius con una dulce sonrisa mientas claramente pateaba a Joseph.

- Pero qué mierdas? - exclamó el chico en lo que soltaba el periódico y acariciaba su pierna -.

- Vámonos - le dijo entre dientes, el chico bufó, se levantó y se fueron-.

Remus había querido estar solo con Sirius, pero ahora lo atacaban los nervios, respiró hondo para darse valor y lo miró, una cálida sensación se instaló en su estómago al notar que su mirada llena de cariño no había cambiado.

- No me habías dicho nada, si te he estado observando - confesó sin vergüenza alguna, Remus sonrió-.

- Lo imaginé, es un poco extraño... También hubiera sido tonto que no te hubieras dado cuenta.

Remus lo miró y Sirius entendió que ya habían cambiado de tema, asintió lentamente.

- Alguien más... - trató de preguntar, pero las palabras decidieron no terminar de salir de su boca, por fortuna Sirius lo entendió y lo miró casi horrorizado.

- Merlín no, jamás - aseguró y Remus respiró, no sabía cuándo había dejado de hacerlo-. Yo igual no estaba seguro todo encajaba a excepción de...

Se frenó y se tensó, miró a Remus con disculpas en sus ojos, pero Remus solo negó con una sonrisa.

- De las cicatrices - completó-. También fue eso lo que había hecho dudar a Lily.

Sirius amaba a Lily, en serio, pero cuando de pronto Remus la mencionaba con tanto cariño quería hacerla desaparecer.

- Se lo dijiste a ella?

- No tenía otra opción, casi llora cuando me había visto con un brazo vendado y esa vez había estado muy cansado para alguna excusa tonta, aunque ella ya lo sabía, es muy inteligente.

- Por qué las ocultas? - Remus lo miró sin entender-. Las cicatrices - susurró-.

Remus lo miró algo entre la sorpresa e incredulidad, rió un poco

- Por qué no iba a ocultarlas? - Sirius frunció el ceño-. Es lo único que evita a las personas enterarse, para las desapariciones de esos días puedo tener buenas excusas, para las cicatrices no y además de que son... - hizo una mueca y dejó de hablar-.

- Son qué? - susurró Sirius, parecía un poco enojado, Remus le frunció el ceño-.

- Son desagradables - respondió el chico muy bajito, Sirius respiró hondo-.

- Yo no lo creo así, ayer te vi y puedo decir que no son desagradables en lo absoluto, te quedan muy bien.

Remus no estaba seguro de que eso fuera un halago, por qué le gustaría esas cicatrices?

- Qué?

- Me gustan - dijo Black con firmeza y seguridad -. Te hacen ver punk y muy sexy la verdad - agregó con una sonrisa coqueta -.

Remus lo miró parpadeando y luego rió.

- Si, como no.

- Lo digo en serio.

- Sirius solo así puedo parecer... Normal sí?

- Y que hay con ser normal? Si es lo más endiabladamente aburrido que existe y tú no eres aburrido, eres increíble.

- Pero no por el hecho de ser lo que soy.

- No, cierto, pero tampoco busques ser normal.

- Será muy aburrido y todo lo que tú quieras, pero es lo más seguro, simplemente no puedo arriesgar mi futuro - comentó Remus algo derrotado y Sirius quiso romperlo todo y abrazarlo, pasó su brazo por los delgados hombros del chico y le dió un par de palmaditas que lo hicieron sonreír -.

- Me aseguraré, Remus Lupin, de que pase lo que pase tengas el futuro más brillante y extraordinario que jamás se haya visto.

Eso hizo reír al castaño.

- Y qué vas a hacer? - preguntó divertido y acercándose un poco al chico para poder susurrar y ser escuchado -. Establecer un negocio donde los hombres lobos sean aceptados?

- Algo mucho mejor que eso - aseguró Sirius sonriente, Remus alzó una ceja-. Seré tu esposo.

Remus comenzó a reírse a carcajadas. Pero eso no impidió que Sirius continuara contando su plan.

- Y seremos tan millonarios que ni siquiera tendrás la necesidad de trabajar.

Remus solo seguía riendo, con sus mejillas sonrojadas. Sirius sonriendo, y sin quitar su brazo del hombro del chico, se inclinó un poco en la mesa para apoyar su barbilla en su mano y disfrutar de la vista, ese movimiento los hizo quedar un poco más cerca.

- Eres muy gracioso Sirius - comentó Remus sonriendo mientras se secaba las lágrimas de los ojos -.

- No era chiste, lo digo muy en serio. Así tendrás todo la libertad para mostrar tus hermosas cicatrices todo el tiempo desde a partir de ahora.

- Sirius, en serio te agradezco que quieras ayudar en este tema, pero es una batalla perdida.

- Mientras sea una batalla y no la guerra aún tenemos oportunidad de hacerte ver lo hermoso que eres con o sin ellas.

Remus lo miró fijamente, sus mejillas cubriéndose con un rubor adorable, Sirius se acercó y le dió un pequeño, pero sonoro beso en la mejilla, dejando conmovido al castaño.

Un chico RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora