Aferrado a la nada.

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El pasar de los años significa progresar en cada una de las etapas de tu vida, sea cuál sea no puedes quedarte estancado.

Cada segundo que pasa, cada mínuto, cada hora; puedes cambiar la manera en cómo vives y en como haces las cosas, tal vez un día te despiertes cansado de tu vida, de hacer lo mismo día tras día, de sentir que probablemente morirás así, en una vida cotidiana y de costumbre.

Pero verdaderamente no, el universo te brinda señales, personas, hechos, para ayudarte a que tomes el mejor camino, él que tu prefieres y el que te conviene, te brinda guías para ser una mejor persona, para valorar las cosas.

Se supone que la vida te da tiempo para que puedas enmendar los errores que alguna vez se cometieron o para cortar de raíz relaciones que sabemos que ya no funcionan.

¿Pero si creces en todas las etapas? ¿Pero te estancas en una? ¿Igual podrás seguir avanzando normalmente?

O quizás esa parte te sea una espinita clavada en tú espalda para siempre, algo que estará allí, que intentas ignorar, pero cada vez duele más, que te cansaste de intentar retirar sin éxito alguno.

Mew Suppasit sentía que su matrimonio era esa espinita.

Su prometida Elizabeth, con la cuál llevaban más de quince años.

No lo malinterpreten ¿okay? El rubio la había amado con toda su vida, tal vez los primeros años de su relación fueron los mejores.

Creyo haber encontrado la persona que de ahora en adelante haría sus dias increíbles, que esbozaria una sonrisa cada que despertará junto a ella, con la que querría compartir cada uno de sus logros.

Pero no fue así.

Él había descubierto que su mujer, con la que compartió un momento único e inigualable en el altar, la que con seguridad y sonrojo le dió el si, exacto, aquella tierna y perfecta mujer, le era infiel.

Claro que le dolió, lloró por muchas noches seguidas, donde iba a hoteles baratos a pasar sus penas con algo de alcohol y viendo caricaturas sin sentido.

Pero sus mejores amigos no lo dejaron caer, Zee le repetía una y otra vez que él significaba mucho para estar con una persona que no lo valora, Mike también le repitió montones de palabras alentadoras, pero él sólo se encontraba perdido.

En su mente se repetía paulatinamente la escena de su esposa saliendo de su apartamento junto a otro hombre, él llegando de el trabajo y viéndolos en una esquina besarse.

Lo peor de todo, él jamás la confrontó, pero ¿por qué?

Probablemente tenía miedo, cómo dicen todos, la primera etapa era la negación, el no poder creer que eso le estuviera pasando a él, todos estos años él había sido un muy buen esposo, le daba las mejores comodidades a Elizabeth, era detallista, y un sin fin de virtudes, que cualquier persona desearía tener en su matrimonio.

No creyo que ella fuera capaz de tal cosa, así que nunca le reclamo, pero con el pasar de los años se dió cuenta que ella tenía mil amantes ya, una vez contestó el celular de su esposa.

Y una voz masculina contestó con un apodo algo romántico.

¿Cómo estás Elizabeth de mi corazón?

Colgó con fuerza y miles de mensajes aparecían en la pantalla de bloqueo, mientras ella lucía feliz y tranquila en la ducha; él no quiso revisar más allá, pues era privacidad de ella.

Dejo el aparato y salió a trabajar, como normalmente, para esos días estaba abrumado, le dejó de dar importancia a las clases, y muchos de sus alumnos notaron que Suppasit ya no era tan estricto como antes.

【 𝑀𝑟. 𝑆𝑢𝑝𝑝𝑎𝑠𝑖𝑡 ¡𝐿𝑜 𝑎𝑚𝑜! 】↠𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora