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│ ✐; Sinopsis:
│ ┆ ✐; By: @mewgulfnobios_
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❝ Mew es docente de arte, Gulf solamente se inscribió a esa carrera porque lleva varios años enamorado de aquel profesor.❞
Capítulo dedicado a: KlaudiaSarmiento gracias por tu apoyo a la historia!
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—Buenos días chicos.
Saluda un maestro.
Gulf suelta el aire por su nariz, moviendo su dedo por el cuaderno.
La materia que daba Mr.Suppasit no volvió a ser la misma, desde que su profesor favorito dejó de dictarla.
Su boca paso de ser una "u" siempre, a simplemente una raya horizontal aburrida.
Dejaba que Victoria se llevara todos los créditos como la mejor estudiante ante el nuevo docente.
Él solo quería ser el favorito de alguien.
Alguien que ya no estaba.
Ja observa a su mejor amigo, desanimado ya hace tres semanas, se siente mal por él.
Ya nunca está emocionado, ya no se esmera en sus trabajos, es como si una parte de él también se hubiera ido.
Cuando finaliza la clase y todos salen, se excusa diciéndole a Gulf que tenía cosas que hacer, a Kana le dio igual y solo asintió sin prestar mucha atención.
Caminó con afán hasta la sala de profesores.
Entró llevándose a las fosas nasales el olor a café, se adentro a pasos suaves buscando al azabache.
—Pacharat...—Zee sonríe bebiendo una taza, está sentado en su puesto de trabajo, hay alguno que otro profesor aún, pues era la hora del almuerzo.
—Sr.Pruk.—saluda formalmente.
—Dígame, ¿Qué lo trae por aquí?—Pruk deja el pocillo a un lado para enfocar su vista en su laptop.
—Sé que quizás no me corresponde preguntar esto pero ¿Sabe algo de Mr.Suppasit?—murmura por lo bajo siendo lo más discreto posible.
—Sólo se ha tomado unas vacaciones, pronto estará de regreso.—contesta neutral el contrario.—¿Por qué? ¿Lo extraña?
Ja ríe.—Yo no, Gulf es quién parece que en cualquier momento se va a tirar de un puente.
Zee se queda un momento en silencio. —Debe gustarle mucho Mew.—dice llevándo el café de nuevo a su boca.
—¡Por supuesto! Imposible que usted no se haya dado cuenta en todos estos años.—sonríe obvio.
—Tiene razón.—asiente el mayor.
—Bueno, entonces cualquier novedad que tenga por favor digamela.—suplica juntando sus manos, casi tan dramático como una novela.
—¡Bien! Pero baje la voz, está llamando la atención de los demás.—Pruk ajusta el cuello de su camisa.
—¡Lo lamento!—hace una reverencia.—¿Nos vemos hoy después de clase?—muestra otra vez sus dientes.
