Capitulo 1

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Despierto alarmada y sudorosa.

Alcanzó distinguir la hora, pesadillas de nuevo - pienso - me levanto sin pesar y tomó una larga ducha para relajar un poco mis músculos, últimamente he estado muy tensa.

Salgo, enrollo una toalla en mi delgado y blanco cuerpo, me observo durante unos minutos en el espejo, mis ojos es lo primero que noto diferente, ya no tiene ese brillo de inocencia que solía tener, puedo notar a kilómetros las bolsas negras abajo de mis cansados ojos, simplemente horripilante, continuo y veo mi áspero pelo, un tono negro cenizo, heredado de mi difunto padre, bajo la vista analizó mis labios resecos y partidos, me detengo en mi clavícula y parte del cuello, miro la cicatrices y recuerdos llegan como alfileres ardiendo, paso delicadamente mi dedo índice, trazo un recorrido, siento como un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Un sonoro ruido me hace salir de mi trance, agudizo mi oído un poco más y escucho el timbre.

Me visto rápidamente y salgo en silencio, me acerco hábilmente a la puerta, tomó una navaja del estante de un lado, abro la puerta y mis sentidos se ponen alerta. Un hombre de unos 30 años está parado enfrente mío.

- ¿Señorita Eva?- pregunta algo apenado por mi apellido confuso

- Edvane - respondo cortándolo abruptamente,  el arrebato mío hace que me de una mirada de disculpas a lo que asiento comprensivamente

- ¿Puede firmar aquí? - me entrega un plumón con un documento enfrente, lo miró confusa

- Es de un paquete señorita - me responde a mi no realizada pregunta

Comprendo rápidamente, esto pasa todas las semanas, siempre es lo mismo

- ¿Cambiaron de repartidor cierto? - preguntó mientras firmó el pequeño espacio

- Si - responde mientras toma la tabla que hace un momento firme, mientras murmura un "Gracias" - Ayer obtuve este trabajo -

Asiento y levantó lentamente la pequeña caja, hago una leve mueca, ya que no me causa una sonrisa, entro a mi departamento y me dispongo en poner seguro a la puerta, mis pasos llegan hasta la pequeña cocina, mientras dejo la caja de cartón en el mesón, tomó un cuchillo mientras la abro aunque ya no me intriga su contenido, me sigue pareciendo sorprendente.

Esta diminuta y frágil cosa con pequeñas líneas de color rojo carmesí, que identificó rápidamente como sangre, era algo muy frustrante, no sabia de quien era pero estaba segura de que no era nada malo o al menos eso me decía mi mente.

Aún no comprendía cómo pueden tomarse el tiempo para hacer los envios semanalmente

Hago a un lado el pequeño trozo y lo junto con todos los demás ya expirados, los observo un momento y me detengo a pensar

- ¿En serio tengo un espacio solamente para esto? - me dije a mi misma.

De verdad tenia que deshacerme de todo esto, solo ocupaba un gran espacio para algo tan insignificante. El plan de este día era hacer nada, creo que desde hace un tiempo es mi especialidad. Tomo mi desayuno con tranquilidad, disfrutando mi gran Máster chef, un platillo con nada mas y nada menos que, cereal con leche.

Al medio día casi noche tomo la decision de ir al lugar donde hay tranquilidad para mi ser, tomo mis cosas sin tardar tiempo de mas.

Dueño de tu ser Donde viven las historias. Descúbrelo ahora